diciembre 03, 2012

UNA MAS DE SLIM Y ALGO MAS

Es un hecho: desde casi la miseria al fuerte respaldo de un grupo empresarial (Carlos Slim Helú) al que le sobran acciones y cash. Aseguran que lo que empezó como la revolución de los más humildes, gente dispuesta a pagar por una acción del Oviedo casi lo que no tenía, con la firme intención de salvar al club de la quiebra, acabó con la avasalladora aparición de Slim (el hombre más rico del planeta Tierra). ¿A qué me refiero?: Carso, una de sus empresas, indicó su ¿intención? de invertir dos millones de euros, en la ampliación de capital de la entidad asturiana, cuyo primer equipo juega en Segunda División B. Slim y su yerno Arturo Elías Ayub esperan que el equipo suba pronto a Primera División o Liga Premier.

Se sabía que el Oviedo entraría en causas de disolución. Toni Fidalgo, presidente del Consejo de Administración, había lanzado un SOS a los aficionados y a varios grandes inversores. Por lo que se sabía, el equipo necesitaba un millón 905 mil euros antes del día 18 para evitar el riesgo legal de la desaparición. Los fans respondieron y se encontraron con decenas de miles de aliados inesperados. Internautas de todo el orbe respondieron a la llamada de apoyo a través del Twitter de Sid Lowe, periodista británico residente en Madrid y corresponsal de The Guardian, que se encariñó con el Oviedo durante su paso por la ciudad como estudiante. “El club que dio a la Premier League a Cazorla, Michu y Mata está bajo la amenaza de salir del negocio. Por favor, compre acciones”. Entre las aportaciones presenciales y las realizadas a través de la red, Tony Fidalgo daba por salvada la bola del partido.

Con el anuncio de la inversión de Slim, el menudeo había llegado a juntar casi un mllón 800 mil euros. Un fenómeno que resultó decisivo para el interés de inversores por el Oviedo. Enrique Pina, propietario del Granada, parecía el mejor situado hace más de diez días, con el compromiso de aportar un millón de euros de acuerdo con el Ayuntamiento. Pero la visión de Slim le adelantó como los carros de la Fórmula Uno: ¡Por la derecha! (¿Y la izquierda?). Grupo Carso habló de que la historia del Oviedo es importante y cuenta con una afición extraordinaria. Con su particular estilo, don Carlos guiñó un ojo a la afición y a la directiva, ofreciendo la continuidad en la presidencia de Toni Fidalgo, que esperará “un cara a cara con Slim” para corresponder como caballero. ¿Se irá o no? No lo sabemos. La aportación del empresario mexicano (considerado por Forbes como el hombre más rico del mundo; 74 mil millones de dólares, 60 mil millones de euros) sitúa al Oviedo en el mejor de los escenarios. Fidalgo reconoce que “ahora tenemos detrás a un personaje como Slim”.

Y como recordará, querido lector (a), no es la primera incursión de Slim en el futbol. Uno de sus yernos, Arturo Elías Ayub, gestionó a uno de los clubes más populares de México, los Pumas, y hoy, el grupo empresarial posee 30% de dos equipos de Primera División: Pachuca y León.


Tarea enrevesada y sumamente cara (¿?)

Reformar el sistema financiero español es, para muchos, ¡el mundo al revés! Todo empezó en 2009, aún no ha acabado y muchos dudan que termine alguna vez (¿?). La tarea es onerosa, porque el rescate bancario costará 40 mil millones de euros y calcular esa suma le costó al Fondo de garantía de Depósitos nada menos que 31.4. Es el precio que pagó a las consultoras que efectuaron pruebas de resistencia bancaria en julio y septiembre de 2012. Oliver Wyman, firma que definió el Irishbank, luego quebrado, como uno de los mejores del mundo, se llevó 10.5 millones; Ernst & Young, 7.3 millones; Pricewaterhouse, 5.3 millones; KPMG, 4.63 millones, Deloitte, 1.8 millones, y Boston Consulting, 955 mil euros. Y si me adentro en este tema, ¿resultó una paradoja para el final? ¿Por qué?: El debate aparece aplacado por la relativa tranquilidad de la prima de riesgo, pero puede recrudecerse si empeora (¿?). ¿O puede resultar una táctica de control cruzado para asegurar el tiro, pero, al mismo tiempo, ¡otra declaración de desconfianza! Sí, yo le llamó Ficción Financiera.


Superó a Rivera, Tamayo y Ricardo Martínez

El muralista mexicano Raúl Anguiano triunfó durante la subasta de Arte Latinoamericana que organiza anualmente Casa Morton. La obra intitulada Alegoría de México: los productos naturales, se vendió en cinco millones de pesos. A ésta le siguió en precio un trabajo de Siqueiros (“sin título”), vendido en cuatro millones 800 mil pesos. Eso sí, tiene una dedicatoria: “Para Emilia Avitia Rossell” (pariente del político Guillermo Rossell de la Lama, qepd). También se retiraron de la subasta —debido a un procedimiento legal— dos obras de Diego Rivera (La parte de Pedro y La catedral de Ávila). Pero otras obras de Rivera como Pita Amor y Café Shangai, De El Cuadrante De La Soledad, se vendieron en 120 y 240 mil pesos, respectivamente.

Otros cuadros que se vendieron: Imagen Nocturna o Visionario, de Francisco Corzas; Padres Húngaros, de Gunther Gerzso; Paisaje, de Gerardo Murillo, Dr. Atl, fue el paisaje más caro, alcanzando una cifra de un millón de pesos. Al finalizar la subasta, la pieza El tragafuego, de Tamayo, se vendió en cuatro millones 800 mil pesos. Obras de Frida Kahlo, Leonora Carrington, Ricardo Martínez y Guillermo Meza, entre otras, figuraron en el evento. Muchas muy solicitadas, pero ninguna alcanzó el millón de pesos. No vi entre los coleccionistas a Juan Antonio Pérez Simón, Eugenio López, Claudio Landucci Dell’Unto ni a Miguel Ortiz Monasterio.


Ejercerán su derecho de tanto

Los herederos de don Roberto González Barrera, fundador de Gruma, ejercerán su derecho de tanto y adquirirán 23.2% de las acciones de la firma que están en manos de Archer Daniels Midland. Con esta decisión queda fuera el empresario Fernando Chico Pardo, que había alcanzado un acuerdo preliminar con ADM “para hacerse de las acciones de Gruma”. Fernando Solís Cámara, yucateco de pura cepa y portavoz de Carlos Hank González (nieto de don Roberto), indicó que la familia tomó la decisión de adquirir el paquete de acciones que ADM puso a la venta y que tenía como primer comprador a Chico Pardo. Solís Cámara agregó: la familia arma el paquete financiero para fondear la operación, valuada en 400 millones de dólares, y se informará a Chico Pardo y al consejo de administración de Gruma sobre la decisión una vez listo el esquema.

¿Estarán en lo cierto?

Agustín Coppel apuntó que no está de acuerdo con Bloomberg con el cálculo realizado por la agencia de noticias sobre el patrimonio de su familia. ¿A qué se debe lo anterior? Apareció una nota en la que señalaban que las tiendas departamentales Coppel ya habían entrado en el ranking internacional. Según datos de Bloomberg, la empresa de la familia Coppel había generado una fortuna —“para la familia”— de 16 mil millones de dólares, “gracias a sus ventas anuales de cuatro mil 600 millones de dólares, además de que la firma es la que había logrado el mayor margen de ganancia de cualquier minorista importante de América Latina”.

Según el Índice de Multimillonarios de Bloomberg, Grupo Coppel, de los hermanos Agustín, Enrique, Rubén, Alberto y José Coppel Lunken, posee un banco, una afore y un gestor de bienes raíces. “En suma, controlan una fortuna que llega casi a los 15 mil 900 millones de dólares”, confesó Bloomberg. Analistas subrayan que “son menos visibles que una empresa comparable a la bolsa”.


Corporación restaurantera de altura

Guillermo González Nova y sus asociados, se anotan otro triunfo con la llegada de Cheesecake Factory a México, que estará ubicado en donde estaba Premiere (un centro nocturno que tuvo éxito en los 80, allá por la entrada —ahora es salida— al Pedregal de San Ángel). ¿Y por qué otro éxito?: además de dos City Market’s (Coyoacán y Lomas de Chapultepec), que abrieron de hace unos años a la fecha, ahora viene esta franquicia que cotiza en la Bolsa de Valores y está en franca expansión. Armando Palacios nos informó que la apertura será apoteósica. Sé que Cheesecake Factory también cuenta sucursales en Kuwait, Dubái, y en Estados Unidos el crecimiento va en jauja. ¡Felicidades!

NUEVO RECORD HISTORICO

El plazo de entrega de reportes del tercer trimestre por parte de las empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) finalizó a finales de octubre. Por lo mismo, procedimos a revisar la estimación para el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) para el cierre de 2012 y 2013 con base en la metodología de precios objetivo de las emisoras que integran la canasta de este indicador.

Como lo hemos señalado en varias ocasiones, los precios objetivo se determinan con base en el análisis de los propios reportes de las emisoras y sus expectativas, de sus múltiplos, de las condiciones imperantes en el entorno económico nacional e internacional y en los estimados de los principales agregados (PIB, tasas de interés y tipo de cambio).

Los supuestos en la determinación de la estimación del IPC para el cierre de este año consideran que el PIB crecerá en el segundo semestre de 2012 en alrededor de 3.1% (40 puntos base por debajo del estimado anterior de 3.5%) para promediar en 2012 un incremento de 3.9 por ciento. Mantenemos las estimaciones para la inflación en 4%, las tasas de interés de corto plazo (Cete a 28 días) en 4.5% y un tipo de cambio de 12.90 pesos por dólar, ligeramente por debajo de los 13 pesos estimados previamente.

Cabe destacar que los resultados operativos y financieros de las emisoras del tercer trimestre fueron, en 67% de los casos, positivos, y en algunos casos sobrepasaron nuestras expectativas. Las ventas y flujo operativo EBITDA, a diferencia de los dos trimestres previos, cuando crecieron en dos dígitos, crecieron a tasas de 8.5% y 4.3% respectivamente, producto del menor dinamismo de la economía. Sin embargo, la utilidad neta registró un incremento de 20.2% por la apreciación del tipo de cambio y en menor medida por una mayor rentabilidad operativa.

A pesar de que se vislumbra un crecimiento económico más moderado para la segunda parte del año, prevemos que las empresas cuyos productos y servicios se destinan al mercado interno reportarán resultados favorables en el último trimestre. En el caso de las manufacturas, se aprecian síntomas de reanimación de acuerdo con el comportamiento en octubre de las exportaciones del sector (aumentaron 16.8% a tasa anual).

Si bien seguimos optimistas con respecto a las previsiones del mercado accionario, ajustamos a la baja en 3.1% nuestra estimación anterior, al pasar de 44 mil 800 puntos (previsión de finales de agosto de 2011) a 43 mil 380 unidades. Esto, debido a que a partir de mediados de octubre, cuando el principal indicador de la BMV alcanzó un máximo histórico en 42 mil 593 unidades, los mercados accionarios se ajustaron a la baja a la espera del resultado de las elecciones en Estados Unidos y la incertidumbre prevaleciente en torno al denominado “abismo” fiscal, la cual, en alguna medida, prevalece. En los últimos días, datos económicos favorables han dado un nuevo impulso a los mercados.

El nuevo nivel de 43 mil 380 puntos implica un aumento de 17% en relación al cierre de 2011 (el pronóstico anterior consideraba 20.7%) y de 3.1% con respecto a su nivel actual (cierre del jueves pasado). Las probabilidades de que el tipo de cambio regrese a niveles por debajo de 13 pesos por dólar son altas, por lo que el rendimiento en dólares para el IPC al término de 2012 sería de aproximadamente 27 por ciento.

Las expectativas del mercado accionario mexicano para el próximo año son favorables, considerando que el crecimiento económico podría ubicarse en alrededor de 3.5%, nivel algo menor al de este año (3.9%), que la inflación podría ubicarse por debajo de 4%, con una tasa de fondeo en 4.5% y un tipo de cambio que podría terminar en los 12.80 pesos por dólar.

Un primer ejercicio nos arroja un nivel de 48 mil 300 puntos para el IPC en 2013, lo que significaría, sobre la expectativa de cierre de 2012 (43 mil 380 puntos), un incremento nominal de 11.3% y de 12.2% en dólares. Cabe señalar que esta expectativa no considera la posibilidad de que se aprueben reformas estructurales como la energética y fiscal, como ha sido señalado por la nueva administración.

Estamos ciertos de que el mercado accionario mexicano se mantiene como uno de los más atractivos a nivel mundial por la solidez de la economía del país.

LO QUE SUENA EN MATERIA ECONOMICA

Versiones van y vienen por los pasillos de las dependencias federales estos días, y la Secretaría de Turismo, a cargo de

Claudia Ruiz Massieu, no es la excepción. Suena fuerte Carlos

Joaquín González, pero ahora para el Consejo de Promoción Turística de México y ser el brazo derecho de la nueva secretaria. Hagan sus apuestas.

Donde ya están poniendo su barba a remojar es en el sector privado. Muestra de ello es que Juan Acra, presidente de la Comisión de Energía de la Coparmex, andará de gira por Ginebra, donde participará en un foro sobre los retos laborales en petróleo y gas, orquestado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), donde también recogerá impresiones internacionales para proponerlas en la Reforma Energética que se avecina.

Y los que no desaprovechan ninguna oportunidad para externar sus posiciones ante el nuevo gobierno son los integrantes de Canacintra, organismo que preside

Sergio Cervantes Rodiles. La industria de la transformación insiste en que se requiere un marco regulatorio más justo, así como un buen empujón a la ciencia y la tecnología. Los industriales están revisando con lupa tanto las 13 decisiones de la administración recién llegada, como el compromiso firmado ayer con los partidos políticos a ver si les tocó algo.

Varias ramas industriales ya se están frotando las manos a la espera de que se materialicen algunos de los objetivos anunciados el sábado por el presidente de México, Enrique Peña Nieto. Entre ellos está la industria ferroviaria, que ve vacas gordas en el horizonte luego de darse a conocer la decisión de impulsar el sector de trenes de pasajeros, en lo que ya trabaja el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza.

EL NUEVO SEXENIO

Arrancan los días laborables de diciembre de 2012. Arranca también un nuevo sexenio en México.

Tenemos a un nuevo presidente de la República, Enrique Peña Nieto, en una etapa más del proceso democrático de nuestro país, en el que la alternancia en el ejercicio del poder público es una de sus características.

En otro orden de ideas, queda menos de un mes para que en Estados Unidos se llegue a algún tipo de acuerdo para que sus desequilibrios fiscales no les hagan caer en el precipicio establecido. Será un mes interesante sin duda, más allá de los mayas.

El inicio de un nuevo gobierno en México —y supongo que en cualquier otro país— genera expectativas de varios tipos, incertidumbre y desajustes que se ocasionan al aflojarse los amarres que mantienen unido al aparato gubernamental y a los ámbitos que toca.

Es lo normal y tienden a corregirse más o menos rápido. En esta ocasión, además de cambio de gobierno, hay un cambio de partido en el Poder Ejecutivo y la idea sería que tales desajustes tardaran más de lo esperado en corregirse, aunque la impresión que tengo es que no será así, pues el llamado periodo de transición parece haber sido salvado correctamente.

No sé cuál haya sido su reacción, amigo lector, al conocer al equipo de trabajo del Presidente. Más allá de los nombres y después de leer los antecedentes de los personajes en cuestión, me quedé con la idea de que en primer lugar no hay “cuates” en la alineación, a diferencia de lo ocurrido en las dos administraciones panistas que, entre otras cosas, hicieron patente su carencia de elementos con experiencia para gobernar.

Claro que hay gente cercana al Presidente en puestos clave, como lo son las secretarías de Gobernación y la de Hacienda, pero no todo es así. Hay viejos priistas, hay un secretario de Relaciones Exteriores que proviene de la alineación anterior en la que ocupaba un puesto distinto (lo que hace muy interesante este nombramiento; ojalá ahora en la SRE se prioricen los temas de inversión, operación comercial y penetración mexicana en el ámbito económico global) y una secretaria de Desarrollo Social que proviene de la izquierda.

Hay tres ex gobernadores y una ex jefa de Gobierno del DF. En general no hay novatos y sí muchos políticos. El Presidente tendrá que confiar en la capacidad negociadora de éstos para llevar a cabo sus proyectos, varios de los cuales fueron anunciados en su discurso inaugural.

El Presidente habló de 13 decisiones, todas ellas importantes, todas ellas noticiosas, en las que el balance de áreas es adecuado.

Pero desde mi punto de vista las decisiones 14, 15 y 16 —que no fueron parte de la lista de 13— son tan importantes o más que las otras. Son decisiones para las que se requiere mayor capacidad de negociación, en las que se empeña mayor capital político y que, por lo mismo, ponerlas por delante implica un alto riesgo de pérdida de poder, si éstas no salen bien.

“Vendrán, por supuesto, más decisiones” dijo el Presidente después de mencionar las 13 ya conocidas y entonces mencionó a las reformas estructurales en los campos de energía, hacendario y en el régimen de seguridad social para lo que, dijo, necesita lograr consensos.

Y sí, todavía falta para ello. A lo anterior siguió la frase de: “Es tiempo de romper, juntos, los mitos y paradigmas, y todo aquello que ha limitado nuestro desarrollo”, mensaje que, supongo, está dirigido a los que le apoyan, a los que dicen que le apoyan y a sus opositores.

La mayoría de las decisiones “enumeradas” tendrán que pasar por el Congreso. Aquí es donde necesitará de sus negociadores. Algunas de ellas se encuentran más en el ámbito de la negociación política y varias afectan directamente a la economía y a la posición fiscal nacional. La mayor parte de ellas implica gastos, lo que resulta importante, toda vez que nunca se habla de ingresos en el discurso y se anunció que se enviará al Congreso un paquete económico que contendrá un presupuesto que aspira tener cero déficit presupuestal.

Habrá que ver cómo y con qué lo hacen, partiendo de la base de que hoy existe un déficit fiscal. Una vez más, los negociadores son los importantes.

No se vale decir: “… a ver cómo nos va”, que es un lugar común en este tipo de situaciones. La idea es cómo queremos que nos vaya. Asimismo, se suele preguntar: ¿Cómo los ves? Y las respuestas suelen ser meras suposiciones, a lo más, especulaciones. La pregunta es cómo nos vemos cada uno en este escenario y qué papel nos toca desempeñar. Hay margen para decidir. Suerte.

noviembre 20, 2012

LA SOMBRA DE LA REFORMA ELECTORAL

La reforma- electoral de 2007 convirtió a las autoridades electorales en reguladoras directas de la radio y la televisión. El IFE se transformó en autoridad única encargada de la administración de los tiempos del Estado en materia electoral, así como en el instrumento para garantizar la observancia de las nuevas restricciones al discurso público, en particular, de la prohibición de contratar o adquirir tiempos con fines electorales. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), como órgano que revisa la legalidad de las resoluciones del IFE, se volvió “última instancia” en la definición de criterios que regulan la actividad de los comunicadores de los medios electrónicos.


A partir de 2008, desapareció el mercado de spots político- electorales. Lo sustituyó un nuevo esquema basado en la administración centralizada de los tiempos de Estado. Al IFE le corresponde formular las pautas, recibir los materiales de los partidos políticos y distribuirlos a todas las estaciones de radio y canales de televisión del país. Luego tiene que verificar que concesionarios y permisionarios transmitan los spots de acuerdo con las pautas aprobadas. Unas tasas de cumplimiento cercanas al 100 % –tanto como las restricciones técnicas de la industria lo permiten— atestiguan cómo el sistema concebido por los legisladores hace cinco años se ha vuelto la nueva normalidad.

Pero la nueva normalidad tiene aspectos inquietantes. Uno de ellos es el uso del poder coercitivo del Estado para sancionar el ejercicio del periodismo y el criterio editorial en medios de comunicación electrónicos. En numerosas ocasiones el TEPJF ha ordenado al IFE multarlos por difundir entrevistas, reportajes, notas informativas y mesas de debate relacionados con los procesos electorales.

Se trata de incursiones aisladas pero peligrosas de la autoridad electoral que restringen la libertad de expresión en aras de combatir la compra simulada de tiempos.

Con este fin, el Tribunal Electoral ha venido desarrollando lo que podría denominarse su doctrina de “adquisición indebida”. De acuerdo con ella, dada la dificultad para probar con evidencia clara y convincente que una entrevista, reportaje, etcétera, fueron pagados, la autoridad electoral puede inferir la adquisición de tiempos a partir de indicios que muestran la violación del principio de equidad. Así, el TEPJF parece haber convertido la cobertura equitativa de partidos y candidatos en noticieros de radio y televisión en una obligación legal, exigible mediante el uso de sanciones administrativas. En sus sentencias ha concluido que si se rompe la equidad en el acceso a los medios de comunicación, entonces las entrevistas, reportajes, notas informativas o debates no constituyen periodismo “genuino”, sino adquisición simulada.

La equidad en la cobertura y la objetividad en los noticieros de radio y televisión son valores democráticos que el IFE ha promovido desde la década de 1990. Sin embargo, ha sido muy cuidadoso al escoger los medios para proteger el derecho al libre ejercicio del periodismo y el criterio editorial. Ha buscado la adhesión voluntaria de los comunicadores a unos lineamientos, cuya observancia se vigila mediante el programa de monitoreo de noticieros. No hay sanciones de por medio, salvo la publicación regular de los resultados.

El Tribunal Electoral tiene al parecer la intención de convertir la cobertura equitativa e imparcial en una norma jurídica. De acuerdo con su doctrina de adquisición indebida, no es suficiente que la Constitución y el código electoral otorguen a partidos y candidatos el acceso equitativo a tiempos comerciales en radio y televisión. Aquí la “equidad” (el número de spots es proporcional al tamaño de los partidos) se refleja en las pautas del IFE y mediante la prohibición de cualquier otro tipo de anuncios con contenido electoral.

Pero para el TEPJF, los medios de comunicación tienen además la obligación de brindar a candidatos y partidos un acceso equitativo a tiempos editoriales. Se trata de una obligación que no está expresamente establecida en la ley. El Tribunal la deriva de un principio general: la equidad de la contienda. Y ha encontrado en la prohibición de “contratar y adquirir” tiempos en radio y televisión con fines electorales una vía para imponerla.

La adquisición indebida es todavía una doctrina incipiente. Las obligaciones derivadas son vagas e imprecisas. El propio TEPJF parece abandonarla en ciertos casos, para luego regresar a ella más adelante. Su aplicación, aún limitada a casos aislados, ha generado confusión e incertidumbre jurídica. Después de invocarla para sancionar a un canal de televisión por transmitir un debate entre precandidatos que buscaban la gubernatura de Nayarit, los comunicadores se quedaron en ascuas, sin saber si la difusión de estos eventos estaba prohibida o permitida.

La doctrina, tal como el TEPJF la ha esbozado, es esencialmente incompatible con la libertad de expresión. Permite sancionar a los comunicadores, aún sin pruebas de compra-venta de tiempos que desvirtúen el libre ejercicio del periodismo y el criterio editorial. Permite multar a candidatos y partidos sólo por el beneficio obtenido, sin necesidad de evidencia alguna de que dieron algo a cambio de determinado tipo de cobertura. Y no hay libertad de expresión cuando la autoridad puede reprimir el discurso público de forma impredecible y discrecional, aunque sea a partir de la presentación de una queja. A decir verdad, combatir la compra de entrevistas, reportajes y menciones con propósitos electores constituye un fin legítimo.

Pero el fin no justifica los medios.

La doctrina de adquisición indebida no es una respuesta adecuada y proporcional al problema, sino un ejemplo de lo se ha dado en llamar la sobreinterpretación de la reforma electoral de 2007.

RECORDANDO A "IVAN"

Juan Camilo era un hombre diestro, con gran facilidad para solucionar los problemas, amable con la gente, apasionado de la vida. Le gustaba trabajar en equipo, siempre fue un líder honesto, con una gran capacidad de negociación, práctico y de trato afable tanto con sus compañeros como con la oposición; siempre sacando las cosas adelante, siempre recibiéndote con una sonrisa y con una buena cara.


Como político vivía con responsabilidad, pero al límite, le gustaba empujar las cosas, buscar incesantemente soluciones, quería mejorar la práctica. Compartimos momentos complicados desde la Secretaría de Energía, luego en campaña, en transición y en gobierno, pero él siempre lo hizo con una buena cara, con ese liderazgo y sonrisa imborrable que lo caracterizaba. Tenía una energía inagotable, los días le rendían más de 24 horas, pero siempre encontraba tiempo para estar pendiente de sus hijos, de sus padres, de su familia. Disfrutó cada momento de su vida, de su trabajo y de sus amigos. Con su ausencia perdimos a un político nato, un hombre con gran visión del futuro de México y con el conocimiento necesario para poder ejecutarlo, yo perdí a mi mejor amigo. A Juan Camilo se le daba la política, siempre fue ejemplo en los momentos buenos, pero también en los adversos. El vacío que deja es insustituible.

Alfredo García, El Tijuano, fue un hombre hecho en los medios de comunicación, con vocación y trayectoria periodística. Orgulloso tijuanense, ciudad a la que regresaba cada vez que tenía una oportunidad y a la que le dedicó sus primeros años como comunicador. Desde el semanario Zeta y más tarde como director de Comunicación del gobierno de González Alcocer, pulió su pluma y su operación. Siempre amable y bromista, cercano y alegre, convertía a cada compañero de trabajo en su amigo lo que le valió el respeto y la admiración de más de un periodista. Un hombre de familia, siempre procurando a su esposa Ana y amoroso con sus hijos Emiliano y Fernanda. Sencillo, pero de grandes ambiciones, con voz gruesa y risa contagiosa, lleno de vitalidad y, como coloquialmente se dice, dicharachero.

Miguel Monterrubio fue un hombre hecho en el Servicio Exterior, fuimos amigos desde principios del 2000, ahí conocí su responsabilidad, su entrega y su ética de trabajo. Fue un líder de nacimiento, de esos que crecen de la mano con su equipo y los impulsan a seguir creciendo. Durante mucho tiempo trabajó lejos de México, siempre convencido de regresar y cuando tuvo la oportunidad de hacerlo se entregó por completo a la causa de hacer este país un mejor lugar. De alegría contagiosa, hábil jugador de dominó —venció a muchos gobernadores en alguna Conago—, amante de la música, la cual siempre le dio motivos para cantar y bailar sin importar el lugar; misma pasión que llevaba a la oficina y que lo acompañaba en cada tarea que se le asignaba.

Arcadio Echeverría, Cacho, como siempre le dijimos, fue inseparable de Juan Camilo, su sombra, juntos desde Campeche, un hombre siempre disponible, siempre dispuesto a ayudar, alegre y de sonrisa permanente. Motivo de muchas risas, sobre todo cuando su distracción lo llevaba a sentarse encima de una trituradora, destrozando el saco que llevaba puesto antes de entrar a junta con el Presidente. Nos enseñó a disfrutar los malos y los buenos momentos, incluso las vergüenzas.

A Norma, Normita, como le decíamos sus amigos, nos tocó verla crecer como mujer y como profesionista, llegó al equipo al principio de sus 20 años como servicio social. Su trabajo, su dedicación y su empeño la hicieron parte de la familia. Nunca descansó, ni siquiera cuando estuvo embarazada, ni siquiera cuando se lo pidieron, de ese tamaño era su compromiso y su entrega. Su trabajo no sólo hablaba de su desempeño profesional, hablaba de su convicción de trabajar por México.

Francisco Blake fue un hombre de lucha constante, el esfuerzo y la constancia son palabras que siempre definieron su trabajo y su actuar. Siempre sereno, analítico y ejecutivo en la toma de decisiones. Blake utilizaba por delante la palabra “hermano” al referirse a alguien, y todo el tiempo su familia fue la prioridad. Será justo ese don de gente y trato amable el que tanto hará falta en la política.

Junto con Juan Camilo, Alfredo, Miguel, Arcadio, Norma y Francisco, México perdió a funcionarios que tenían el compromiso de mejorar el país a través de su trabajo y dedicación. Ellos no pudieron seguir construyendo el país por el que tantos años trabajaron, pero todos los que seguimos aquí, por su memoria, tenemos el compromiso de seguir trabajando para transformar a México. Su presencia no sólo estará en el recuerdo, ellos nos seguirán acompañando día con día y hora tras hora.

MEXICO SIN CABIDA EN LA POLITICA GLOBAL

Prácticamente por doce años, el nombre del Congreso mexicano ha sido “parálisis”. Mientras en este mismo periodo otros países como China, India y Brasil han saltado de la marginalidad a ser actores estratégicos de la economía global, México ha perdido años valiosos para su desarrollo, debido a una falta de respaldo del Congreso a las iniciativas del gobierno.


Reformas audaces que reten el statu quo en materias económica, política y social que ayudaran a crecer mucho más y mejor fueron inviables ante la falta de una mayoría panista en las cámaras. Esta realidad, conocida como “gobierno dividido” a la que se enfrentará también el gobierno priista no es exclusiva de nuestro país.

De hecho, es bastante común en las democracias modernas para cuyo electorado lograr que el jefe del gobierno tenga un contrapeso real en el Congreso se ha vuelto un asunto fundamental. Regímenes como el venezolano, en el que una con una mayoría absoluta en el Congreso el presidente Hugo Chávez pudo modificar la Constitución para permitir su reelección indefinida, no son lo más deseables para la mayoría de los ciudadanos del mundo. Nadie quiere vivir bajo un gobierno sin contrapesos democráticos.

Si bien la representación plural en los congresos y la falta de mayoría absoluta del partido en el poder ayudan a evitar el autoritarismo, también implican un reto para la gobernabilidad. La solución a esta falta de mayorías legislativas es la construcción de coaliciones o bloques entre legisladores de partidos distintos, pero que coinciden en puntos concretos de la agenda–país.

Ejemplos hay varios: en el Reino Unido, el actual gobierno encabezado por el primer ministro David Cameron es producto de una coalición parlamentaria entre los conservadores y liberales demócratas; en Chile, los bloques legislativos son consecuencia natural de las coaliciones electorales que se basan en un programa de gobierno común; en Panamá, recientemente se conformó un frente contra el presidente Martinelli, como reacción al intento de privatización de las empresas eléctricas, y en Argentina, el Frente Amplio Progresista es una reciente coalición entre partidos progresistas y socialdemócratas que busca balancear el poder de los Kirchneristas y Peronistas.

En México, la experiencia no es nueva. En 1997 se conformó un bloque legislativo derecha-izquierda que no sólo posibilitó la instalación de la Cámara de Diputados, sino que inauguró la época en la que el Congreso comenzó a ejercer sus facultades de control, modificando, por primera vez, la Ley de Ingresos y el Presupuesto.

Sin embargo, la percepción sobre la conformación de un nuevo bloque legislativo entre el PAN y el PRD, que logre repetir la votación que incluyó transparencia, rendición de cuentas y democracia sindical en la reforma laboral ahora para impulsar otras reformas sobre democracia, transparencia y rendición de cuentas no parece no ser del todo clara en la opinión pública. Al bloque se le ha considerado no sólo opositor al nuevo gobierno, sino obstructor, incongruente, convenenciero, montonero e incluso antidemocrático.

Ante esto vale la pena preguntarse: ¿participar en una coalición parlamentaria significa renunciar a la identidad? ¿Implica estar de acuerdo en todo para siempre? ¿Se trata de una apuesta revanchista por hacerle la vida de cuadritos al nuevo gobierno priista? La respuesta es no.

La alianza del PAN es una alianza con los ciudadanos y con nuestros propios principios. Queremos un México más competitivo, con crecimiento sostenido de más de 5% del PIB y capaz de jugar en un mundo globalizado. Una patria incluyente, con oportunidades para todos, donde se acabe la miseria y se fortalezca la clase media, con instituciones fuertes, donde impere el Estado de derecho, sin ámbitos de opacidad y sin territorios para el crimen organizado.

Un país con gobernantes responsables, que rindan cuentas y no hipotequen el futuro de las siguientes generaciones. Una nación democrática respetuosa de la libertad y de los derechos humanos fundamentales, con ciudadanos responsables y un tejido social fuerte. Un México saludable y sustentable que promueva una ecología humana.

Este es el modelo de desarrollo que queremos seguir impulsando y porque creemos en la política como constructora de realidades es que estamos dispuestos a hacer sinergia con quienes compartan esta agenda. Compartimos con el PRI una ruta de desarrollo económico, de inversión y de generación de empleos. Con el PRD tenemos un compromiso con la democracia, la transparencia y la rendición de cuentas.

El bloque izquierda-derecha no es entonces una coalición convenenciera o montonera, sino una alianza fundada en la búsqueda responsable de evitar un periodo más de parálisis legislativa. Tampoco es una coalición opositora inquebrantable. Seguramente en el transcurso de estos seis años seguiremos expresando las diferencias que derivan de nuestra identidad y eso será también parte de una normalidad democrática.

De lo que se trata es como ya se ha dicho, de abonar a que el Congreso siga cumpliendo con su mandato de generar contrapeso y además, que podamos avanzar en esta agenda de fortalecimiento de nuestra democracia para beneficio de todos.

LA CABRA QUE TIRO PA'L MONTE

Al fin, después de varias escaramuzas en ambas Cámaras del Congreso, las iniciativas preferentes enviadas por el presidente Felipe Calderón, fueron aprobadas. Lo que sigue, si nos atenemos a nuestras inveteradas (Antiguas, arraigadas) costumbres, es empezar a practicar los conocidos ritos de sacralización de ambas leyes, hacerles su altar y como corresponde a todo objeto de culto, las deberemos adorar en frecuentes ceremonias de gran solemnidad.


En este proceso, casi litúrgico, surgirán sacerdotes y obispos que sabrán interpretar lo que haya quedado oscuro y confuso. Además, con su dominio de los dos nuevos Evangelios, recorrerán el país dando a conocer las nuevas “Tablas de la Ley” a cambio, sin duda merecidos, de jugosos honorarios.

Poco va a importar que los problemas que ambas reformas legales buscan enfrentar y ayudar a resolver, van a seguir ahí por muchos años porque, los encargados de aplicar lo que de bueno y novedoso tienen ambas reformas legales, son los mismos que han causado problemas mil en ambos terrenos, tanto en la opacidad y corrupción en el manejo de los recursos públicos como en el ámbito laboral.

Sin embargo, por encima de esto, ambas reformas son importantes, y de una necesidad y urgencia que nadie pone en duda. Lo que quiero señalar es la necesidad inmediata de “hacer las cosas” que vendrían a traducir la ley resultante en una nueva cultura del manejo de los recursos públicos, y en una flexibilidad en los mercados laborales para, eso espero, combatir las rigideces que hoy impiden elevar la productividad y contratar a decenas de miles de jóvenes y mujeres.

La promulgación debe ser sólo el principio, no el fin de un proceso que lleve a la formación de una nueva cultura en el ámbito de la ley aprobada o reformada.

No sé bien a qué se deba esta conducta nuestra tan arraigada, que viene de vieja data; ¿a qué se debe pues, que toda ley por el sólo hecho de promulgarla, la convertimos en un tótem que debemos adorar? ¿Acaso se debe, al ejemplo y prácticas de los conquistadores españoles por aquello de “acátese pero no se cumpla” de la época colonial?

Ahora bien, ¿esta conducta —convertir la ley en objeto de adoración en vez de instrumento para estimular el crecimiento y la modernización por ejemplo—, se presenta en otros países? ¿En ellos, las leyes son objeto de culto no base del desarrollo y la convivencia civilizada? ¿Son, como aquí, dejadas de lado a la hora de generar una cultura de respeto de las mismas para que reine, rampante, la peor de las impunidades?

Si bien pudiere ser un error garrafal y una exageración, pienso que hay pocos países como el nuestro, en eso de poner las leyes en altares; pocos con esa actitud hipócrita tan nuestra, de venerar un precepto legal para en la práctica, violarlo sistemática y permanentemente.

¿Los que promovieron y aprobaron aquellas reformas, piensan que ya está hecho todo, que las cosas deben quedar ahí? ¿Piensan acaso, que bastó aprobarlas y promulgarlas para que los problemas que las hicieron necesarias, empiecen a resolverse? ¿Tan ingenuos o tan pícaros son?

Confío en que la visión de Enrique Peña Nieto y de su equipo cercano, no sea ésa; si fuere otra, cabría esperar entonces acciones concretas que buscarían, a la brevedad, hacer de ambas reformas junto con las que vienen, un gran instrumento de cambio y modernización y no como muchos desearían, nuevos objetos de culto y ciega adoración.

ADIVINA ADIVINADOR

A estas alturas, es evidente para todos, que el sexenio de Enrique Peña Nieto será todo lo que usted guste, menos uno fácil. La razón estriba, obviamente, no tanto en la escasa capacidad de quienes son mencionados en “los mentideros políticos” con una frecuencia que preocupa, sino en la cantidad y la gravedad de los problemas que deberá enfrentar a partir de este 1 de diciembre.


Los problemas dignos de este nombre, no serán la conducta y el desempeño de dos o tres loquitos que merced a su cercanía con el que se va, alcanzaron posiciones de relevancia en el Senado de la República y la Cámara de Diputados; tampoco por la escasa capacidad de quienes desde tres dizque partidos, se opondrán a todo en ambas cámaras del Congreso; ellos, por ser de oposición, se opondrán a todo y tratarán de impedir su aprobación.

Menos aún lo serán, las molestias y dificultades que le heredará el que amparado en una promoción personal ofensiva y a un altísimo costo sufragado por el erario, intentó durante seis años —infructuosamente— crearse una imagen de gobernante “eficaz”, que encabezó a un grupo de “eficaces”.

Todo eso y mucho más, no serán los problemas más graves que deberán enfrentar Peña Nieto y su equipo más cercano de colaboradores; esto, cual mosquitos que están moleste y moleste, será resuelto con un manotazo. Los problemas reales y verdaderamente graves, serán los efectos negativos de una situación internacional que se agrava día a día para la cual, aún hoy, no se ve salida alguna.

El mundo, hoy en día, llegó al final de un ciclo cuyo arreglo de cooperación y entendimiento internacional fue diseñado, esencialmente, hace casi 70 años; las instituciones que hizo posibles —la Organización de Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial—, han probado estos últimos años su incapacidad y limitaciones para enfrentar problemas nuevos y proponer soluciones específicas.

Hace casi 70 años, tanto en lo político como en lo militar y económico, se presentaba una correlación de fuerzas en la arena internacional muy distinta a la que hoy tenemos en el mundo. Las “potencias” que dominaban la escena política por aquellos años, no tienen ya la fuerza de la que hacían gala y en algún caso, el país ya no existe y en otro, no existía en esos años.

La presencia y fuerza de Europa en los espacios de poder real, va en una espiral descendente y Rusia, enfrenta ya problemas internos que sólo los elevados ingresos por la venta de petróleo y gas le permiten sobrellevar. La República Popular China, gobernada por una gerontocracia que actúa como si fuere un conjunto de nuevos emperadores, enfrenta ya las presiones de las fuerzas del mercado, que ellos mismos debieron permitir para evitar la debacle. Mejor no le comento de Japón.

Para agravar las cosas, Estados Unidos enfrenta una profunda crisis (producto de problemas estructurales cuyos efectos, acumulados durante 30 años, se han hecho presentes); el destino alcanzó a su clase política que por muchos años decidió, no pagar el precio de enfrentarlos y resolverlos.

Los efectos negativos de toda esta situación —agravados por nuestro atraso estructural—, los enfrentará Peña Nieto. Ésos serían problemas reales, no las molestias menores que causen los incapaces que se colaren en el gabinete, y menos los que van a generar en el Congreso dos o tres loquitos.

Pronto lo verá usted.

EU VS OBAMA

La elección presidencial en Estados Unidos está resuelta. No hay duda de que allá y aquí, dejamos atrás una etapa en el largo proceso que buscará enfrentar —con la debida seriedad— los problemas estructurales en ambos países y darles, a la brevedad, las soluciones que por siempre hemos pospuesto.


No pretendo reducir la importancia que para México tiene lo que en Estados Unidos vayan a hacer el presidente Obama y el nuevo Congreso ante los problemas estructurales que enfrentan; lo que quiero señalar, es que la parte fundamental de la solución de los problemas de nuestro país, radica en lo que hagamos nosotros.

Si revisáremos la experiencia acumulada en materia de cambios estructurales durante estos últimos 40 o 50 años en el mundo, tendríamos que reconocer que los procesos exitosos han dependido de lo que en cada país hayan aprobado sus congresos o parlamentos, en la decisión y conducta de su clase política y, una vez definidas las soluciones y medidas que hay que poner en práctica, todo se reduce a la voluntad del gobernante que debe hacerlas realidad.

No hay casos en los cuales un gobierno extranjero haya resuelto los problemas de otro país; cada uno ha debido —como decimos aquí—, “rascarse con sus propias uñas”. Esto, evidentemente, no deja de lado episodios coyunturales en los cuales un gobierno, ante la amenaza a su seguridad nacional por un conflicto económico o político en un país con el cual lo liga una fuerte interdependencia, haya prestado un apoyo temporal para que salga del problema pero, de ahí a que el país que lo apoya resuelva de manera definitiva los problemas estructurales del apoyado, media un abismo de diferencia.

Ante la victoria de Barack Obama y los problemas a los que debe enfrentarse, es una verdadera incógnita el porqué buena parte de nuestra clase política, echa hoy las campanas a vuelo por “lo bien que estamos”.

Las medidas que inevitablemente deberá poner en práctica el Gobierno de Estados Unidos y su Congreso, dejan ver ya consecuencias económicas no muy positivas para México en particular. Se requiere una gran dosis de ingenuidad pensar, que ante la gravedad de sus problemas, el precio a pagar será pequeño. Las palabras recientes de Alan Greenspan son claras y aleccionadoras.

Por si esto no bastare, ahí está Europa donde la situación en Grecia y España cada día va de mal en peor; ¿quiere más malas noticias? Añada el proceso de reacomodo que tendrá lugar en la República Popular China, y el licuado que resulta es altamente explosivo.

Luego entonces, ¿a qué viene tanto triunfalismo? ¿Acaso vamos a tomar en serio las palabras de quien incapaz durante seis años, pretende hoy con exageraciones e inauguraciones de obras inconclusas borrar —de un plumazo y dos o tres discursos plagados de cursilerías y autoelogios—, una administración de resultados lamentables y mediocres?

La realidad nos ha puesto en una posición, es cierto, envidiable; este resultado, deberíamos entenderlo, es producto de lo que hicimos desde la quiebra total del modelo en 1987. Las condiciones favorables —si las aprovecháremos debidamente—, serían el acumulado de cuatro gobiernos en un cuarto de siglo, no de lo hecho estos últimos seis años como pretende hacernos creer el que se va.

Obama deberá enfrentar e intentar resolver los problemas de su país; para eso fue reelegido. Aquí, la labor la debe encabezar Peña Nieto, no aquél. ¿Es tan difícil entender esto?

OBAMA VS EU

Para cuando lea usted esta colaboración, ya conocerá el resultado de la elección presidencial en Estados Unidos. Si usted hubiera emitido “su voto” en favor de Obama y éste hubiera resultado vencedor, quizás pensaría que su decisión contribuyó a inclinar la balanza en su favor.


Sin embargo, estoy convencido que ni por accidente hizo usted eso porque, además de tener sentido común, usted es una persona informada y seria que no gusta de caer en este tipo de frivolidades.

Sin embargo, hay algunas preguntas que vale la

pena hacernos, dada una realidad que cada cuatro años se presenta en un

número considerable de países en los cuales, masivamente, sus ciudadanos “votan” a favor del candidato demócrata que busca vencer a su rival republicano. Vengan pues las preguntas.

¿Le importa al elector norteamericano, que en decenas de países “se vote” casi de manera unánime, a favor del candidato demócrata? Es más, ¿este hecho influye, de alguna manera, a la hora de emitir el voto a favor de uno u otro candidato?

Mi opinión es que no; el elector norteamericano, es producto de su historia y cultura política. Además, le da un gran peso a la realidad económica que enfrenta y las perspectivas que ve en cuanto a su situación material; es, antes que otra cosa, un elector cuya visión está orientada hacia dentro, más que al exterior de su país.

No creo cometer un error si afirmo, que el elector promedio de Estados Unidos prefiere el aislacionismo; si pudiere elegir, lo haría a favor de ver hacia adentro más que hacia afuera, más que hacia el resto del mundo. De ahí que políticos y gobernantes deban enfrentar a sus votantes, cuando sus decisiones involucran a su país en conflictos que para el elector promedio, se presentan en lugares que desconoce y le son ajenos de los cuales, además, ignora incluso su ubicación.

Las responsabilidades militares de Estados Unidos al ser hoy la “única gran potencia” en el planeta, molesta al elector promedio; su rechazo a este “engagement” en los problemas del mundo, lo castiga con el voto.

De ahí que “el voto masivo” expresado a favor del candidato demócrata en decenas de países por quienes “no tienen vela en el entierro”, no preocupa y menos ocupa al elector en Estados Unidos; es más, me atrevería a afirmar que ni siquiera se enteró dada su aversión a los asuntos “externos”.

Aquí surge otra pregunta; si lo anterior refleja la visión que del mundo exterior tiene el elector promedio de Estados Unidos, ¿por qué entonces tantos desean votar, ciega y casi unánimemente a favor del candidato demócrata? Más aún, ¿por qué “votar” por quien llegado el caso, actuaría igual que el republicano ya que como bien dijo John Foster Dulles, secretario de Estado en la presidencia del general Eisenhower: “Los Estados Unidos no tienen amigos, sólo intereses”?

La explicación posible de esa conducta, es la ignorancia casi total del sistema político de Estados Unidos de quien así procede, y del desconocimiento de la visión que de la política y del mundo tiene el elector promedio de ese país.

En este “voto” a favor del demócrata, no debe eliminarse el que muchos “votantes” de otros países, ven en aquel partido una inclinación a impulsar la participación del Estado en la economía y a utilizar el gasto como instrumento de desarrollo.

Sin embargo, para decepción de los “votantes” a favor del candidato demócrata, éste es igual —casi en todo— que el republicano.

AFUERA NO LLUEVE, SOLO ADENTRO.

Las cosas allá afuera —no es que uno quiera jugarle al agorero del desastre pero es la verdad—, se complican cada día más; como diría el clásico: “Ya no es lo duro, sino lo tupido”.


Europa ha entrado en una espiral descendente de la cual, por más intentos que han hecho no han podido salir o al menos, detener su caída; las alternativas, al tiempo que se reduce su número aumenta su costo y las dificultades para ponerlas en práctica. Cada día hay un rechazo más airado y a punto de la violencia generalizada en no pocas ciudades europeas.

Cada día que pasa sin arreglo a la vista, y sin las mínimas esperanzas que harían que millones de desempleados aceptaren las obligadas reducciones en salario y beneficios con tal de obtener un trabajo con una mínima estabilidad, las cosas se ven como si nos estuviéremos internando en un callejón sin salida.

Fuera de Europa, las cosas no lucen mejor; las perspectivas para Estados Unidos después de la elección, no lucen mejor que en Europa. Anteayer, el doctor Carstens hizo un análisis objetivo de la situación en ese país y nos alertó de las consecuencias negativas que podría tener para México.

¿Ante esta situación que nadie en su sano juicio se atreve a negar, qué esperar para los países periféricos como el nuestro? ¿Es posible, ante una realidad que no deja espacio para el optimismo, afirmar que “ya estamos del otro lado” como algún historiador afirmó contagiado del triunfalismo calderoniano, sólo por haber emitido bonos a 100 años?

Al margen del país periférico que fuere, ningún político serio debería sentirse confiado ante lo que hoy vemos en Europa, Estados Unidos y la República Popular China.

La interdependencia y cooperación política que la globalidad ha generado, demuestra claramente que los problemas en éste o en aquél país tienen, más temprano que tarde, efectos negativos de diversa magnitud en los demás. Para decirlo claro, no hay país que en las condiciones actuales pueda afirmar, que está a salvo o “blindado” y mucho menos como afirmó el historiador, porque emitimos “bonos a 100 años”.

Sin embargo, por encima de la realidad, no falta el político que en vez de reconocer lo difícil de la situación, le juega “al vivo” y presume lo que no tiene o no ha hecho. Las más de las veces, cuando se está frente al que así actúa, lo que veríamos —de ir más allá de sus autoelogios—, es la mediocridad en la gobernación y escasos resultados dignos de ser presumidos.

Nuestra región —América Latina— salvo honrosísimas excepciones, cuenta con un ejército numeroso de políticos que gustan de inventarse logros y luego, sin recato alguno, presumirlos a los cuatro vientos y además, festejarlos. Poco importa que las obras que inaugura estén inconclusas; menos aún, que en no pocos casos “lo inaugurado” sea de puro relumbrón o hayan sido sobrevalorados sus costos; lo único que le interesa e importa al que se va, es “dejar para la historia constancia de su obra”.

Por ello, durante los últimos meses de su mandato, desatiende su labor al frente del gobierno y los dedica, prácticamente íntegros, a las rumbosas despedidas y a los no menos alegres festejos compartidos con quienes —agradecidos por los favores y apoyos recibidos—, goza las últimas mieles del poder. Mientras tanto, el país que se joda; él y los cercanos, ya se van.

¿Le suena familiar esto? ¿Encuentra aquí y ahora, algo parecido? ¿En serio, eso se da en México?

GABINETE DE ROPA SUCIA

Esta vez, los ejercicios de los “enterados” se han caracterizado por tener una dosis de discreción mayor que la de costumbre; si bien nos hemos modernizado un poco, “armar el gabinete” no ha desaparecido de las prácticas primitivas de nuestro quehacer político.


Infaltable en las pláticas de los ociosos —que por estas fechas no son pocos—, “la gabinetitis” empieza a cobrar facturas; manos temblorosas, regreso al vicio abandonado del cigarro y a la compulsión de ordenar otra ronda —no obstante la borrachera evidente—, son algunas de las muestras más claras del contagio de aquella enfermedad de fin de sexenio, igual o más peligrosa y dañina que la gripe aviar o la influenza AH1N1.

No afecta sólo a los desempleados o a los que aún empleados, saben que “se les acabará el corrido” este 1 de diciembre; también, a cientos de miles de mexicanos que piensan —por lo demás, correctamente— que un buen puesto en el gobierno es la llave que abre puertas a la riqueza mal habida.

Unos y otros, no hacen otra cosa desde hace meses, que imaginar “gabinetes” en los cuales, por regla general, siempre aparece un compadre, un amigo o el que les debe algún favor por pequeño que este pudiera haber sido.

Sin embargo, por encima de lo que pudiéremos pensar y de los gabinetes que pudiéremos “armar”, deberíamos aceptar que algo ha cambiado en este país; no es sólo la discreción que como dije, hoy es mayor que en sexenios anteriores, sino que el responsable de nombrar a los integrantes del gabinete y sus más cercanos colaboradores, se han comportado de una manera diferente. Ha privado, para decirlo claro, una disciplina no vista en las sucesiones anteriores.

Esto, aun cuando pudiere no gustarnos, debería ser tomado en cuenta con la debida seriedad. ¿Qué nos dice esta nueva conducta? ¿Es algo que permite vislumbrar una gobernación diferente o como no pocos afirman, es un simple subterfugio para “acalambrar” a dos o tres desesperados?

Nuestra permanente desconfianza a todo lo que provenga de los políticos, junto con el cinismo que nos impide ver que efectivamente algo nuevo hay en el horizonte, nos llevan a desechar las señales que apuntan a un nuevo blanco.

Enrique Peña Nieto tiene, pienso, sentido de la historia y de la urgencia; su conducta respecto a su gabinete y la forma en que se ha y lo ha manejado, es una señal que fortalece mi postura. Espero que los hechos, mañana, no me hagan rectificar.

Ahora bien, en las condiciones que privarán durante los próximos dos o tres años, ¿acaso importa mucho —o tiene un alto peso específico—, que fulano o mengano ocupe tal o cual posición, o esté al frente de ésta o aquella secretaría?

De ser así, ¿cuál sería entonces la importancia de definir prioridades y políticas en áreas como la energía y lo laboral; lo fiscal y el campo; la educación y el combate a la corrupción, y en el manejo de los recursos públicos?

Dejen ya de preocuparse los que sólo buscan que su compadre “quede en una buena posición”; lo que ahora importa, no es quién la vaya a ocupar sino qué ideas y visión de futuro tiene, para esa secretaría, Peña Nieto y sus cercanísimos colaboradores.

Es inútil, no le busquen glándulas mamarias a los ofidios; carecen de ellas.

LA VENGANZA DE LOS JODIDOS

Uno de los espectáculos más vergonzosos que nos regalan —por estas fechas—, tanto los gobernadores como algunos presidentes municipales, es lo que llamo la “Peregrinación de los Mendigos”.


En ella, todos los que hacen el camino a San Lázaro pierden la figura, y algunos incluso pierden la poca dignidad que les queda.

La razón de su peregrinar, es la aspiración a que los diputados les asignen más recursos presupuestales para realizar obra en sus estados y municipios. Los mueve, más que el afán de impulsar el crecimiento económico donde gobiernan, la vieja máxima de “Haz obra, que algo sobra”.

Las carpetas, abultadas por tanta gráfica multicolor y las presentaciones en Power Point o Flash, ocultan o disfrazan negociaciones que en “lo oscurito” realizan no pocos de ellos con quienes tienen poder para decidir la codiciada asignación. En ésta, se aplica la vieja regla del “me das, y te doy”.

Hoy, dado que el control de la Comisión de Presupuesto ha recaído en una diputada que parece tener línea directa con quien sí decide, espero que el bochornoso espectáculo y “la negociación en lo oscurito” ceda un poco de espacio, y los pedigüeños moderen sus exhibiciones de años pasados.

La disputa por un monto cada vez menor de recursos susceptibles de ser asignados a discreción por los diputados (cuyos conocimientos en materia de evaluación económica de proyectos de inversión es casi nula), irá en aumento a medida que las necesidades en otros rubros —pensiones e IMSS por citar sólo dos— vayan aumentando.

Por ello, la asignación de los escasos recursos del erario debe ser producto de una rigurosa evaluación técnica, y no de prácticas corruptas que no responden a criterios de eficiencia sino a la entrega de favores de distinto tipo.

Si bien la Constitución asigna a los diputados la facultad exclusiva de aprobar el Presupuesto de Egresos, este mandato no debe ser motivo para asignar recursos sin el obligado apego a criterios de eficiencia y rentabilidad social.

Para evitarlo, algo hay que hacer pues a medida que vayamos enfrentando mayores exigencias presupuestales provenientes, por ejemplo, de los sistemas de pensiones y del sistema de salud, los recursos que podrán asignar libremente serán, cada año, de un monto menor.

En consecuencia, o hacemos más transparente su asignación y la basamos en criterios estrictos de rentabilidad social, o la disputa que veremos en el futuro entre los pedigüeños, será resuelta con sobornos cada vez más cuantiosos.

La transparencia y la evaluación de los proyectos como un primer paso, podría ser una herramienta útil para lograr un uso más eficiente de los recursos que serán, como dije, cada vez más escasos.

De ahí que obligar a los pedigüeños a que cada proyecto que pensaren someter a los diputados fuere dado a conocer públicamente y además, rigurosa y profesionalmente evaluado, ayudaría a reducir los niveles de corrupción al asignar recursos para dichos proyectos.

De lo que se trata, es de elevar la eficiencia en el uso de los recursos. Además, nadie les impedirá que sigan haciéndole al pordiosero.

Además, ver a los que se creen todopoderosos llegar humilditos a San Lázaro, es la dulce y silenciosa venganza de los jodidos.

OBAMA 2.0

Uno de los inconvenientes de ver los datos de manera parcial, sin ubicarlos en el panorama general para darles el peso específico que verdaderamente tienen, es que las conclusiones que sacamos con un acercamiento de ese tipo son, las más de las veces, un completo despropósito (dicho o hecho fuera de razón, de sentido o de conveniencia), cuando no un verdadero disparate.


Esto es lo que hoy vemos en los “análisis” de algunos que de manera superficial (sin ver la foto completa de lo que pasó hace una semana), promueven a los cuatro vientos y ante todo aquel dispuesto a aceptar sin el menor cuestionamiento su dicho, que los hispanos fueron la minoría que determinó la victoria de Obama hace siete días.

Otros, más irresponsables aún, afirman que “nuestros paisanos fueron los que le dieron la victoria al ganador”.

La verdad, si uno analiza los datos con la debida objetividad, está muy lejos de ambas afirmaciones.

Hoy, si uno hubiera revisado los análisis realizados por entidades diversas de varios exit polls, debería aceptar que la responsabilidad de la victoria de Obama recae, más que en una sola de las minorías que hoy pueblan Estados Unidos y que en diferentes porcentajes acudieron a votar, en un conjunto de factores entre los cuales, es cierto, el voto de los hispanos jugó un papel al igual que el de las mujeres, los asiáticos y los electores de raza negra.

La historia completa, no se ha escrito aún; los análisis, no sólo de los exit polls, sino de las cifras definitivas desagregadas por condado, aún no se tienen de manera completa. De ahí que el juicio aquél, además de inexacto, es aún prematuro.

Si uno leyere los análisis realizados a la fecha por el Pew Research Center y The New York Times y The Wall Street Journal, debería entonces entender y aceptar que aún es demasiado temprano para afirmar y sostener —a la luz de análisis preliminares—, que los hispanos son la minoría responsable de la segunda victoria de Obama.

Un elemento que olvidan o no toman en cuenta los promotores del papel jugado por los hispanos, es su porcentaje dentro del total de electores, y su nivel de participación.

Los hispanos no son, por el momento, una minoría (por el porcentaje de los que están en condiciones de ejercer su derecho al voto y el de su participación en los procesos electorales), que pudiere, ella sola, determinar el resultado de la elección presidencial.

Es más, si nos atenemos a la demografía, tendrían que pasar varias elecciones para que los hispanos —en conjunción con otras minorías— pudieren decidir la elección presidencial en Estados Unidos. Esto, incluso, si sus integrantes votaren por el mismo candidato.

Por otra parte, sería útil conocer cuáles fueron las causas que llevaron a nuestros “analistas” y opinantes a afirmar, tan apresuradamente, que la participación de los hispanos fue el elemento decisivo para la victoria y, por ende, la reelección de Obama.

¿Qué buscan? ¿Aparecer como conocedores de la realidad electoral de Estados Unidos? Si esa hubiera sido su pretensión, se equivocaron; bastarían los primeros análisis —aún no definitivos—, para concluir, que todavía es temprano para poder soportar un juicio como el que nuestros “expertos” emitieron.

INGENUIDAD

¿Qué espera usted del ganador de la elección presidencial este martes en Estados Unidos? ¿Acaso forma parte del numeroso ejército de ingenuos, que piensa que los presidentes de Estados Unidos trabajan para defender los intereses de otros países en vez de los del suyo? ¿O es de los que piensa que a México le va bien con los demócratas y muy mal con los republicanos?




Conviene, para dejar toda ilusión fuera de estos párrafos, recordar la frase de John Foster Dulles —secretario de Estado en el gobierno de Eisenhower— que en un gesto de sinceridad que debemos agradecer, dijo: “Los Estados Unidos no tienen amigos, sólo intereses”.



Esta verdad de a kilo, incluye a demócratas y republicanos por igual; de ahí que la baratija que no pocos ignorantes de lo que es la real politik venden como verdad axiomática: “A México le va bien con un presidente demócrata, y con un republicano no nos la acabamos”, sea sólo eso, una baratija intelectual propia de frívolos.

Poco importa para un país con tantos problemas estructurales como es el nuestro, quién haya ganado la elección en Estados Unidos; menos en las actuales condiciones.

Hoy, no sería aventurado afirmar, que Estados Unidos enfrenta una situación más complicada que la nuestra; su deuda pública y el alto déficit del gobierno y un sistema fiscal atrasado, lo colocan en una posición de gran debilidad.

Más lo es, por las grandes responsabilidades políticas y militares (que por más intentos que haga por evadirlas y se opongan sus ciudadanos a comprometer recursos y tropas en países lejanos), Estados Unidos tiene que estar ahí, en el centro del conflicto para encabezar a los países que sentarán las bases de la solución la cual, en no pocos casos, implica acciones militares con presencia de tropas.

¿Qué importa entonces, si el ganador fue el demócrata o el republicano? ¿Acaso piensa usted que ante un tema decisivo, Obama actuaría de manera diferente a Romney? Si lo piensa, perdóneme, qué poco conoce a Estados Unidos, y cuánto ignora de lo que este país representa para el mundo en la actual inestabilidad económica.

Por lo demás, en el mundo real, la ingenuidad y la ignorancia son pecados cuyo castigo es mayúsculo.

Por otra parte, México no es un problema para Estados Unidos; a lo más, es una molestia manejable. Otros son los problemas que éste debe enfrentar; nosotros, por la debilidad estructural en más de un sentido, no contamos en el concierto internacional; además, en el radar donde aparecen los puntos de conflicto para Estados Unidos, no está México.

Hoy, dado que el destino nos alcanzó en muchos aspectos, hay que regresar a enfrentar la realidad de lo que somos y más aún, reconocer y enfrentar qué somos frente a Estados Unidos y su poderío.

Nuestra realidad actual, en modo alguno nos va a proteger de los efectos negativos que sufriremos, debido sin duda, a las soluciones que necesariamente deberá aplicará el ganador.

Dejemos ya esos sueños de grandeza sin sustento, y acabemos con el triunfalismo acedo fruto de nuestros complejos; reconozcamos lo que somos. Nadie niega que hay fortalezas, y también debilidades; éstas, por su gravedad, son las que nos impiden avanzar.

La elección ya terminó; ¿empezaremos ya a resolver nuestros problemas?

octubre 12, 2012

REDES SOCIALES: CAOS SOCIALES



Casi con un año de diferencia, se da un hecho que vuelve a causar conmoción, caos e histeria colectiva en algunas zonas de nuestro país. En agosto del 2011 algunos usuarios de Facebook y Twitter comenzaron a esparcir “noticias” de manera reiterada y casi con plena convicción de que lo que compartían era cierto: había balaceras en varias escuelas de Veracruz, alertaban a todos los pobladores a que se escondieran y cuidaran a sus hijos.

Acto seguido, el Puerto y Boca del Río se paralizaron, cientos de padres de familia dejaron sus trabajos y literalmente corrieron a las escuelas de sus hijos para sacarlos y llevarlos a casa. Se reportaron al menos tres decenas de accidentes automovilísticos y las pérdidas de los comercios de la zona fueron casi al 100% durante esas horas de shock que vivió Veracruz.

A pesar de que la autoridad -a través de la prensa- se cansó de insistir que todo era falso, instando a la calma a la población, fue imposible evitar el caos y el descontrol. No habían pasado 72 horas cuando las autoridades del estado ya tenían ubicados y arrestados a dos individuos identificados como los principales responsables de esparcir esta serie de rumores (si, todo era falso, al parecer se originó de un “retweet” real de un suceso similar que aparentemente ocurría en una escuela de Ciudad Juárez, Chihuahua). Las dos personas arrestadas fueron acusadas de Terrorismo y Sabotaje equiparado; cargos que de haber sido probados, los hubieran hecho merecedores a penas de prisión probablemente superiores a los 40 años.

Sin embargo, gracias a la tremenda presión pública ejercida por la comunidad de las redes sociales, así como por organismos internacionales protectores y/o vigilantes de derechos humanos, la autoridad decidió retirar los cargos y ponerlos en libertad.

Al final de la primera semana de septiembre del año en curso se vivió un suceso similar, pero ahora en el Estado de México y en el Distrito Federal. Rumores de zafarranchos, robos, balaceras, ataques del crimen organizado y brotes de violencia en el municipio de Nezahualcóyotl y en la delegación Iztapalapa generaron una psicosis colectiva que obligó al cierre de establecimientos comerciales, negocios y escuelas de diversos niveles, lo cual derivó en pérdidas por más de $90 millones de pesos.

Estos rumores se esparcieron en vivo y en directo (hubo cuatro personas arrestadas que con megáfonos estaban infundiendo pánico entre la población), pero también en gran medida a través de las redes sociales. Aunque las autoridades llamaron a mantener la calma y negaron los hechos violentos, no pudieron evitar que la gente creyera los rumores.

¿Existe una manera efectiva para evitar que la gente (ignorante, chismosa, crédula y mitotera) propague esta clase de rumores? Probablemente no. ¿Debe considerarse como terroristas a quienes difundan estos rumores? Sin duda, no. ¿Debe castigarse a quienes circulen rumores infundados que causen pánico, terror o histeria colectiva? Claro que sí. Las redes sociales no pueden ser usadas para causar caos en la población.

La “libertad de expresión” no puede (ni está “diseñada” para) ser usada como escudo para cometer cualquier clase de fechorías sin temor a asumir consecuencias legales. Sin embargo, cualquier ley, reglamento o norma que pretenda regular estos actos debe ser redactada con sumo cuidado, para evitar que se convierta en una poderosa arma de censura (“ley mordaza”) para los gobiernos. Y tu mi querido lector… ¿qué opinas?

LA MEGA CARPA DE “SAN LAZARO”


El espectáculo alrededor de San Lázaro, no obstante lo repetido y desgastado, y la baja calidad histriónica de los que gritaban viejas consignas que ya hoy, a nadie mueven, no deja de sorprender.

La sorpresa no se debe, obviamente, a la nula conciencia política que exhiben los que sin tener algo productivo qué hacer —salvo el mitote callejero—, alborotan sin efecto práctico alguno; tampoco a su falsa disposición a “pelear por los intereses del proletariado y a detener –con la marea roja de su lucha– la nueva embestida de la burguesía”, sino a que aún hay por ahí decenas de ingenuos que acuden a la convocatoria de Gerardo Fernández para gritar consignas en sus actos dizque de protesta los cuales, lejos de despertar simpatía alguna por la causa que dice defender, avergüenzan a no pocos de los mismos que acudieron a su llamado.

También, debe decirse, la protesta absurda e inútil de Fernández Noroña y unos cuantos seguidores que le hacen coro afuera del Palacio Legislativo de San Lázaro, tiene en el seno de algunas bancadas, dos o tres seguidores y no pocos imitadores.

Estos últimos, en vez de entender la necesidad de cambiar una ley caduca que sólo ha beneficiado a unos cuantos pero no a los trabajadores y ofrecer argumentos que busquen construir el futuro, se lanzan al antepasado a hurgar en algún bote lleno de la basura ideológica que en los años treinta del siglo pasado era, como diría el clásico, “la mera ley”.

Da pena ver a quien uno consideraba inteligente e informado, plantear un discurso cuyo olor a naftalina marea; duele ver, al que durante años vivió la falta de futuro y el exceso de pasado que golpea a los más jodidos, regodearse hoy en las consignas de ese ayer dañino.

Duele, que aquél cuya honradez intelectual era ejemplo por su trabajo y entrega desinteresada aun cuando pudiera haber estado equivocado en algunos aspectos, se cobije hoy con las siglas de una de las muestras más burdas y ofensivas de la corrupción política.

Lo que hemos visto en San Lázaro, y lo escuchado en el seno de la Comisión de Trabajo y Previsión Social de la Cámara de Diputados en relación con la iniciativa para reformar la Ley Federal del Trabajo vigente, no debería sorprendernos.

Lo que vemos y escuchamos ahí, es expresión clara de este México que adora el pasado, que se resiste a concretar los cambios que desde hace años nos urgen para ponernos al día y participar (para aprovecharla), en la nueva realidad construida en el mundo durante estos últimos 50 o 60 años.

Duele pero debe decirse; ante la conducta de legisladores de los tres partidos de “izquierda”, no hay otro camino que unir las fuerzas de los que estén a favor de la modernización del país y el crecimiento económico, y sacar ésta y las otras reformas que faltan.

Los que son el lastre que nos impide avanzar, no tienen remedio; dejémoslos ahí con su megáfono gritando tonterías. Sin embargo, a los que ya viejos no se atreven a reconocer que en lo que creyeron sólo es hoy, dice Furet, “Le passé d’une illusion”, démosles el tiempo que necesiten para que mediante la autocrítica obligada, vean otra vez al futuro como no hace mucho hacían.

EMPRESARIOS CAMPECHANOS APUESTAN POR BYOD




BYOD es el acrónimo en inglés del término “trae tu propio dispositivo” (Bring Your Own Device), una tendencia mundial que llegó para quedarse, tal como las redes sociales y el cómputo en la nube. BYOD es una política de negocio que permite a los empleados traer dispositivos móviles propios (como teléfonos inteligentes, tablets e inclusive laptops) al trabajo y usar dichos aparatos para acceder recursos privilegiados de la empresa, tales como correos electrónicos, archivos en servidores y bases de datos -tradicionalmente almacenados en redes privadas virtuales (VPN’s)-, así como aplicaciones (software) y demás datos de la organización.

¿Qué beneficios trae el implementar una política BYOD en mi empresa/organización?

• Transfieres los costos del hardware (equipos), voz, servicios de datos y otros gastos asociados a los empleados (incluyendo tal vez no solo los costos de adquisición, sino del mantenimiento y actualización). Esta transferencia de costos puede ser total o parcial (subsidiar parte del costo del equipo y/o servicios de datos). De una manera o de otra, representa un ahorro importante para la empresa.

• Este cambio de paradigma brinda una satisfacción a los empleados, ya que tendrán la opción de traer al trabajo sus propios equipos (que en la mayoría de los casos ya usan o tienen). Si invirtieron en dichos equipos es porque les gustan (quien usa algo que le gusta trabaja mejor), y naturalmente cuidarán más un equipo propio que uno ajeno. En muchos casos, los empleados tienen mejores laptops, teléfonos y tabletas que aquellos que les proporcionaría la empresa, lo cual implica que la empresa estaría beneficiada con el rendimiento, características y bajo costo de mantenimiento de equipos de última generación. Además, los empleados suelen cambiar/actualizar su teléfono y laptop en ciclos mucho más breves (una vez cada 12 o 18 meses) a los que suelen tener las empresas (3 a 4 años).

¿Cuáles son los riesgos o desventajas de implementar una política BYOD?

• Como probablemente se lo imagina, el riesgo principal radica en el manejo, flujo, confidencialidad y seguridad de la información. Si existe una política BYOD en su organización, el empleado tendrá acceso, almacenará y usará información valiosa de la empresa en sus propios dispositivos. Como lo he comentado en columnas anteriores, existen numerosas leyes y regulaciones -en México y el mundo- que obligan a brindar confidencialidad y seguridad de la información y a proteger datos personales.

• También existe el riesgo de que el empleado pueda instalar en sus equipos programas de dudosa procedencia o realice descargas ilegales, lo cual representa un riesgo importante, tanto en el plano legal y como en el de seguridad informática. En el mejor de los casos, los equipos personales pueden traer un cúmulo de aplicaciones distractoras para el trabajo (música, videojuegos, chats, redes sociales, etc.)

• Algunos empleados traerán computadoras con Windows, otras con OS X, y algunos intrépidos usarán Linux u otros sistemas operativos de código abierto como Ubuntu o ReactOS. También habrá quienes prefieran software libre como Open Office o aplicaciones en la nube como Google Docs. Tratándose de smartphones y tablets los reyes son iOS y Android, pero Windows tiene ya sólidas estrategias para recuperar terreno en este mercado. ¿Se imagina lidiar con el reto multi-plataforma?

• Sin duda, existirán empleados que no puedan (o no quieran) darse el lujo de comprarse un equipo de última generación para usarlo con fines laborales. Entonces la empresa no solo enfrentará un reto multi-plataforma, sino también una amplia gama de equipos con diferentes capacidades y características. Hacer que equipos, sistemas operativos y aplicaciones tan diferentes funcionen entre sí puede ser complicado y costoso.

Aunque los riesgos parecen mayores en número y más alarmantes que las ventajas, no desestime el evaluar la implementación de “BYOD” en su empresa u organización. Los beneficios (ahorros, tecnología de punta y ambiente laboral) pueden ser suficientes para enfrentar los riesgos inherentes de esta plataforma. A fin de cuentas, todo cambio en el entorno laboral y de tecnologías de información debe de ir de la mano con una adecuada instrumentación de políticas internas claras que mitiguen los riesgos y controlen el acceso a los recursos de la empresa.

LENOVO LE PONE UN PIE A HP



Un rival con Gartner, IDC, aún considera que HP sigue ocupando el primer lugar -pero por menos de medio punto porcentual- en términos de ventas de computadoras personales en todo el mundo. Ambos estudios refuerzan las luchas de la empresa de Silicon Valley contra sus rivales en momentos en que su nueva presidenta ejecutiva, Meg Whitman, intenta reformar la estancada firma de 73 años.

Las ventas mundiales de computadoras personales cayeron más de un 8 por ciento el trimestre pasado, de acuerdo a las dos firmas de investigación. Esto se habría debido a varios factores, incluyendo los esfuerzos de minoristas y proveedores por deshacerse de inventarios viejos antes del lanzamiento del sistema operativo de Microsoft Windows 8, la creciente popularidad de aparatos móviles como los Tablet PC y una desaceleración de la economía.

El crecimiento de la demanda de computadoras personales se desmoronó en el último año a medida que más consumidores acudían a las tabletas ultra-portátiles y cada vez más poderosas y a los teléfonos inteligentes para labores de computación.

Ambos conjuntos de datos muestran que Lenovo, Acer de Taiwán y otros fabricantes asiáticos de computadoras personales están reduciendo la participación de mercado de sus competidores estadounidenses HP y Dell, que figuró como el tercer mayor fabricante mundial de computadoras personales en el trimestre.

Lenovo, que tiene un valor de mercado de 8.200 millones de dólares, dijo que cree que hay espacio para seguir creciendo en el sector. "Estamos estableciendo raíces aún más profundas en los principales mercados de todo el mundo. Además de las ventas localizadas y equipos de distribución en los principales mercados, estamos estableciendo una presencia de fabricación aún más fuerte", señaló el presidente del directorio y presidente ejecutivo, Yang Yuanqing, en un comunicado.

Este año la compañía compró al fabricante brasileño de productos electrónicos CCE, valorado en un precio base de 300 millones de reales (148 millones de dólares) y a la firma estadounidense de computación en nube Stoneware.

UN POCO DEL MUNDO PARA MANTENERNOS AL DIA



Tal parece que ya nos acostumbramos a la gravedad de la situación mundial la cual, aun cuando hayamos aceptado con cierta filosofía o cinismo desde hace una buena cantidad de meses que nada podemos hacer al respecto, pienso que es hora de volver a verla con detenimiento y seguirla de manera sistemática.

Si bien acepto que es muy poco o nada lo que podemos hacer para influir positivamente en el proceso de deterioro de aquélla, estoy convencido de la necesidad de cambiar nuestra actitud de displicencia (“Desaliento en la ejecución de una acción, por dudar de su bondad o desconfiar de su éxito”), dados los efectos que el agravamiento de las condiciones económicas y políticas en el mundo tendrá en la economía de Estados Unidos.

La campaña por la Presidencia de ese país, que con la celebración del primero de los tres debates entre los candidatos Obama y Romney entró a su recta final, sin duda resta atención a sus problemas estructurales; la gravedad de éstos requiere, inevitablemente y a la brevedad, medidas dolorosas e impopulares que sin duda tendrían un impacto de consideración en sus finanzas públicas, en lo que se refiere al déficit y el monto de su deuda pública.

Las condiciones en Europa las cuales, lejos de presentar una leve mejoría apuntan en la dirección contraria, se verán reflejadas, más temprano que tarde, en la economía de Estados Unidos; es ahí donde entramos nosotros.

Sería una irresponsabilidad inmensa, si Peña Nieto y su equipo pretendieren ignorar, o minimizar siquiera, los efectos de una situación así en la economía de nuestro principal socio comercial; es más, igualmente irresponsable sería mantener el triunfalismo calderoniano (que sus colaboradores repiten mecánicamente e inundan con él sus desangelados discursos), que pretende hacernos creer que nuestra economía es fuerte y en crecimiento sostenido, lo que nos protege contra toda contingencia.

Europa y Estados Unidos, sumidos ambos en una crisis a la que no se le ve salida la cual —en tanto no acepten sus gobernantes y las principales fuerzas políticas la urgente necesidad de realizar cambios estructurales profundos que impactarían negativamente en su crecimiento económico este decenio—, seguiría agravándose.

Si a lo anterior sumáremos la desaceleración que registra la economía de la República Popular China y la de la India, el panorama pasaría de un gris muy oscuro a la negrura casi total.

Para no desanimarlo, me abstengo de agregar a lo anterior detalles y consecuencias del conflicto surgido entre Japón y China por la disputa de un archipiélago conformado por un puñado de islitas rocosas; menos voy a ponerle a este coctel explosivo la gravedad estructural de la economía japonesa. Sin embargo, sí le pondré algunos granitos de sal para ver si usted deja la apatía y empieza a preocuparse del futuro que nos espera.

¿En alguna ocasión ha mencionado el presidente Calderón, el monto que ha alcanzado la deuda pública interna? ¿Nos ha hablado del impacto que sufrirían nuestras débiles finanzas públicas, si las tasas de interés internas subieren dos o tres puntos? ¿Conocemos con exactitud, los pasivos contraídos por más de 100 sistemas públicos de pensiones?

No desespere, en unos meses conoceremos todo eso, y aún más. Por eso le pido, siga por favor el deterioro de la situación mundial porque sin duda, nos va a afectar. Ya no huya de la realidad; únase a nosotros, regrese ya a la pesadilla.

REFORMA LABORAL (PARTE II)




Uno de los recursos que utilizan no pocos de nuestros legisladores y los que buscan que ciertas reformas aprobadas no entren en vigor a pesar de haber satisfecho los requisitos que el procedimiento parlamentario exige, es dejar en el limbo el reglamento de la ley aprobada o bien, no hacer las adecuaciones a las leyes relacionadas sin las cuales, como hemos visto en varias ocasiones, una ley —en los hechos—, no puede entrar en vigor.

¿Qué dice esta práctica de nosotros? ¿Qué nuestros legisladores son tan ignorantes, que no saben que cuando el Congreso reforma una ley, las con ella relacionadas, los códigos de procedimientos y los reglamentos involucrados, también deben adecuarse para que la aprobación sea integral y efectiva?

¿Acaso en los países donde el Legislativo —Congreso o Parlamento—, actualizó sus leyes caducas para adecuarlas a una nueva realidad, sus integrantes dejaron las normas relacionadas o las secundarias para después y así, en los hechos, impedir que lo aprobado entrara en vigor? ¿Esto es lo que hemos visto en España, Irlanda, Polonia, Hungría, Chile, Corea y Taiwán así como en la República Popular China y la India, entre decenas de países que han adecuado su marco jurídico a las nuevas condiciones?

Evidentemente, no; en esos y en cualquier país digno de ser considerado serio, los subterfugios baratos como los descritos al principio, son impensables; en otros, donde el cinismo y la falta de compromiso con el cambio son regla no excepción, y donde se dice sí a una iniciativa de reforma a sabiendas de que se cuenta con el recurso que impediría la aplicación inmediata de la iniciativa aprobada, las cosas no mejoran y el avance es una aspiración permanente.

Si bien no lo fue en aquellos, sí podría estar sucediendo entre nosotros con la iniciativa preferente que en materia laboral envió el presidente Calderón al Congreso de la Unión.

¿Acaso no hay leyes o algún reglamento que deba ser adecuado a lo que será la nueva Ley Federal del Trabajo, una vez que el Senado de la República cumpla con su parte del proceso legislativo? ¿Qué pasa con la “parte procesal”? ¿En verdad, todo lo que debe adecuarse lo toma en cuenta la iniciativa presidencial?

¿Es posible, entonces, que no haya necesidad de reformar algo fuera de nuestra caduca Ley Federal del Trabajo? Pero si lo hubiere, ¿qué pasaría entonces con la reforma laboral que aprobare el Congreso, si no lo hiciéremos? Además, de haberlas, ¿cuándo se harán las adecuaciones a las otras leyes, códigos y reglamentos o lo conducente en la parte procesal?

Ahora bien, aceptemos que la reforma laboral no presenta la necesidad de cambios en normas secundarias, pero ¿por qué no ir más allá de lo planteado por el Ejecutivo? Es más, si hay la consciencia de que ciertos cambios deben pasar por la reforma constitucional como será seguramente el caso con las otras —fiscal, energética, educación y agraria entre otras—, ¿qué harían los legisladores si el Ejecutivo no enviare aquélla?

¿Se limitarían a declarar que el Ejecutivo no envió la iniciativa de reforma constitucional? ¿Dónde queda entonces la capacidad que tienen de iniciativa? Es más, ¿si no estuviere en el ánimo del Ejecutivo entrar a reformar la Constitución, tampoco lo estaría en ellos?

Esto último es lo que mantiene vivo nuestro caduco andamiaje jurídico, el miedo de los legisladores a cambiar y al igual que en estos 12 años, también del Ejecutivo.

FUERA DE LA CAJA



Si algún elemento útil sacaremos de las reuniones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial este año, es más claridad acerca de la falta de acuerdo que existe entre los líderes globales en cómo enfrentar la crisis actual que en estos días llega a su quinto aniversario.

Usted sabe, amigo lector, que un servidor de rato en rato tiende a pensar en opciones de solución para una situación con dificultades de solución, en eso que llaman “ideas fuera de la caja” y éste es el caso.

Me refiero a la manera de lidiar al toro que todos tenemos enfrente desde hace ya un buen rato y al que, por lo visto, no hemos podido encontrarle el modo.

Lo que también queda claro es que al menos en lo que a Europa respecta, la postura de los integrantes de algo que hasta ahora presume ser el intento más serio de integración, no es del todo simple y amenaza con resultar un intento fallido. Y la falla sería realmente grande, rebasando los límites de esa región.

La postura que el FMI ha manifestado en estos días parece estar afuera de los límites de la caja, en tanto que la posición alemana insiste en mantener dentro de tales límites cualquier posible solución a los problemas que enfrenta Europa.

Lo anterior lleva con facilidad a varias ideas: una es que la Unión Europea no es precisamente eso, una unión. La otra es que carece de mecanismos eficaces y aceptados por todos sus miembros para solucionar sus controversias críticas.

Una más en que en estos momentos no hay en estricto sentido voluntad política real para encontrar vías de solución viables.

Hace algunas semanas escribí en este espacio que quizá los tomadores de decisiones a escala global, al menos en lo que toca a los temas económicos, estaban enfrente de una situación que los rebasaba y a la cual enfrentaban con medidas diseñadas para las crisis que este mundo vivió en el pasado y, por lo tanto, quizá había que pensar en utilizar, quizá inventar mecánicas diferentes.

El FMI, en boca de Christine Lagarde, su directora gerente, ha hablado en estos días de la posibilidad de flexibilizar las reglas a las que están o estarían sujetos los países europeos (concretamente Grecia y España) comprometidos en programas de estabilización, toda vez que ante las condiciones actuales el cumplimiento está lejos de la realidad.

La respuesta de Alemania, representada por su ministro de finanzas, Wolfgang Schäuble, es que no se puede. Es decir, prefiere mantener las reglas actuales, que parecen son incumplibles.

En el fondo pareciera que hay una condición que el señor Schäuble hace a un lado: Grecia, España, Italia, Portugal, Irlanda y cualquier otro país en condiciones críticas en la región son parte de la Unión Europea.

Si tales países rebasaron las reglas que supuestamente debieron cumplir y no lo hicieron, habla de la debilidad de las estructuras legales y de supervisión y control de la Unión Europea, partiendo de la base que es una institución que tiene reglas supranacionales que atender.

De ninguna manera justifico las acciones que han llevado a los países en problemas a su condición actual, pero también creo que habría que considerar las opciones reales que existen y las consecuencias que supondría mantenerse en la línea ortodoxa de política económica.

Tampoco estoy pensando en que no paguen por lo que deben, pero sí en los supuestos establecidos. Es obvio que no podrán cumplir; la mínima lógica sugiere que tendría que habría que pensar en opciones diferentes.

Soy de los mexicanos que vieron a este país cometer error tras error en el manejo de su economía y que vivieron años, muchos años, sin que se registrara crecimiento en el PIB per cápita.

Lo anterior significa que las posibilidades de progreso eran mínimas y algunos sobrevivimos. Pero la mayoría sufrió un retraso enorme en su bienestar y en promedio seguimos pagando por ello, pues muchas de las decisiones de políticas públicas se hacen viendo hacia atrás, lo que implica que todos vamos más lento hacia adelante.

Pero pagamos y salimos. Hoy estamos en mejor posición que la mayoría de la comunidad global.

Las condiciones de hoy son mucho más críticas que las que enfrentamos hace algo más de tres décadas. En aquel momento se inventaron mecanismos que nos permitieron salir del atolladero, no sin costo, no rápido, no sin bronca. Creo que hoy estamos en presencia de una situación similar, pero más compleja y de mayores alcances e impactos. Habría que explorar opciones “fuera de la caja”. Suerte.