enero 19, 2010

EL SUN TZU MEXICANO.


Si de evaluar estrategias de guerra se trata, nadie como Sun Tzu y su "El arte de la guerra", obra escrita hace dos mil 500 años y que es referencia de estadistas, empresarios, militares, deportistas, religiosos, ajedrecistas, candidatos, partidos políticos, cualquier organización que se mueva en un contexto de competencia y posicionamiento, de adversarios y enemigos y uno que otro amigo mio director de recursos humanos. El arte de la guerra ha inspirado incluso algunos de los juegos más famosos de combate con los que millones de niños y jóvenes en el mundo se entretienen hoy en sus Playstation y Xbox.

¿Qué pensaría Sun Tzu de la estrategia del gobierno mexicano contra el narco?

Justificación oficial (JO): La guerra durará lo que tenga que durar. No hay plazo fatal. Puede ser transexenal.

Sun Tzu (ST): “Una operación militar inteligente nunca es prolongada, porque nunca una guerra prolongada ha beneficiado a un pueblo”. “En la guerra el principal objetivo es la victoria. Pero cuando la batalla se prolongue demasiado los ánimos decaerán”.


JO: Los muertos y la violencia creciente en las calles son el mejor indicador de que la guerra va por buen camino, de que se va ganando. Es la mejor estrategia ofensiva.

ST: “Someter al enemigo sin librar combate, es la suprema habilidad de una guerra”. “Una de las mayores habilidades en el arte de la guerra es someter al enemigo sin necesidad de combatirlo”. “Los más hábiles para la guerra serán aquellos que incapaciten al enemigo sin necesidad de batallas, se adueñen de las ciudades sin asediarlas, y venzan a sus gobiernos en poco tiempo”. “Tu éxito será completo si logras tomar intacto todo el territorio, así tus ejércitos no se consumirán. Esto es lo que se llama estrategia ofensiva”.

JO: La estrategia es la correcta. Los que piden cambiarla son ignorantes o están a favor del narco; no saben lo que dicen.

ST: “Cuando un general se apegue a las ventajas que le brinde una estrategia, pero tenga la flexibilidad de cambiarlas de acuerdo a la situación, alcanzará el éxito”. “Persistir (en una estrategia sin resultados) no es benéfico, pues un ejército se parece al fuego que cuando no es apagado, se consume a sí mismo”.

JO: Iniciamos esta guerra sin conocer a fondo al enemigo ni la magnitud del cáncer de la corrupción ni el grado de infiltración en las policías y en la sociedad.

ST: “Conocer a tu enemigo y a ti mismo es la primera condición para ganar la guerra. Conocer a tu enemigo y conocerte a ti mismo te ayudará a no estar en peligro, aún si luchas cien batallas. Cuando no conoces al enemigo pero te conoces a ti mismo, tienes las mismas posibilidades de triunfar o perecer. Si desconoces a tu enemigo tanto como a ti mismo, ten la seguridad de que para ti cada batallas será un peligro”.

JO: El ejército es el sostén de esta guerra. Permanecerá en las calles el tiempo que sea necesario y saldrá de los cuarteles las veces que se requiera.

ST: “Un gobierno podrá causar la ruina de su ejército de tres formas: La primera es cuando el gobernante ignora que el ejército no debe avanzar y le ordena avanzar, y cuando ignora que no debe retirarse y le ordena retirada (a esto se llama inmovilización de un ejército); la segunda es cuando un gobierno ignorante de los asuntos militares comparte en igualdad el mando con el ejército, creando confusión en los oficiales, la tercera es cuando no conoce los problemas del mando e interviene en las decisiones, provocando dudas en la mente de los oficiales”.

JO: En esta guerra habrá sangre, dolor y muerte.

ST: “Un gobierno iracundo no deberá congregar a un ejército, así como un general colérico no deberá emprender un combate, ya que es muy cierto que la ira cambia en alegría y la cólera en placer, pero un país destruido no puede recuperarse y mucho menos podrá revivir a su muertos”.


Nadie pide abandonar o suspender la guerra contra las drogas. Sí, en cambio, superar un esquema probadamente parcial e ineficaz, y aplicar una estrategia integral y eficiente; con menos daños colaterales y más avances sustanciales.

Escuche a un diputado local de aqui del Estado de Campeche decir que es falso que no existan alternativas. Desde debatir la legalización de ciertas drogas hasta modificar las condiciones de vida de los productores de enervantes, pasando por una modificación de los cuerpos policiales, una reestructuración del sistema de procuración de justicia, una mayor participación ciudadana en la prevención de los delitos y opciones de integración social y económica para millones de jóvenes marginados de la generación zeta.

Yo sigo creyendo que el gobierno inició una guerra con buenos principios e intenciones, pero con una mala estrategia. Aplicó un torniquete (la militarización) en la zona de hemorragia, pero después ya no supo qué hacer. Hoy enfrenta un dilema: no puede retirar el torniquete, pero tampoco puede dejarlo indefinidamente porque la siguiente amenaza se llama gangrena. Mientras tanto, el tiempo se agota, diría Sun Tzu…, aunque para algunos pueda parecer Zon-Zo.

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