¿No decían que Enrique Peña Nieto no tenía ideas? Pues bien que las tiene y han sido recopiladas con esmero y excelente organización por Heriberto Galindo Quiñones en un bien diseñado volumen de 375 páginas, editado por Fontamara, bajo el título Ideas e ideales de Enrique Peña Nieto. El pulcro y elegante volumen tiene diez capítulos y un apéndice. Los capítulos: 1) Repensar a México, 2) Valores Políticos, 3) Democracia, 4) El Estado, 5) Seguridad integral, 6) Seguridad social, 7) Seguridad económica, 8) Seguridad pública, 9) Educación y, 10), Medio ambiente. El Apéndice: El Estado de México. Una experiencia de gobierno. En ellos se recopilan ordenadamente “los párrafos más significativos de los discursos, mensajes, informes, artículos, conferencias y entrevistas del ahora candidato con medios de comunicación desde que tomó posesión de la gubernatura del Estado de México hasta el registro formal de su candidatura ante el IFE el 12 de marzo de 2012”. Eso significa, sin duda, que el rico material generado en la campaña presidencial habrá de esperar a un segundo volumen, que esperemos no demore demasiado.
El contenido del libro confirma con creces lo que en su momento afirmé en mi Metamorfosis titulada “El saber político de Enrique Peña Nieto”, a saber: su propuesta convence y está llamada a vencer, porque no está construida con saberes librescos, sino con el conocimiento y la sensibilidad que un gran político adquiere al saber escuchar e interpretar los anhelos del pueblo, de la mayoría. Es con ese saber con el que se triunfa en las elecciones y se gobierna con éxito en un Estado eficaz. Ese es el saber que a Enrique Peña Nieto le basta y le sobra.
¿Quién mejor que Heriberto Galindo, discípulo predilecto de don Jesús Reyes Heroles, para emprender la tarea de esta atinada y oportuna recopilación? En su prólogo al libro, Galindo se refiere a cómo las reformas políticas, de impronta priista, de 1977 y 1996, crearon las instituciones electorales autónomas e hicieron posible la alternancia pacífica en el poder. Heriberto consigna cómo “el primer gobierno surgido del PAN recibió un país en paz (…) y una economía con estabilidad macroeconómica que crecía al seis por ciento anual”.
Galindo señala que los resultados de la gestión panista han sido “decepcionantes” y cómo “la decisión de (Felipe) Calderón “declarar la “guerra” al narcotráfico” ha “creado una situación de alto riesgo para la viabilidad del país” en la que “la figura de Enrique Peña Nieto adquiere particular relevancia, tanto por los resultados excepcionales de su gestión como gobernador del Estado de México, como por la pertinencia de sus propuestas de alcance nacional”. Es cierto que no hay soluciones mágicas a los problemas de México, salvo una que casi lo sería: un alto crecimiento económico que en pocas décadas elimine la subocupación. Un político de gran visión y resultados, lo que hace es aportar el liderazgo necesario para que todos y cada uno entreguemos lo mejor de nosotros. Enrique Peña Nieto es hoy el político mejor calificado para resolver las crisis que tiene estancado a México.
La atinada recopilación editada por Heriberto Galindo demuestra que Enrique Peña Nieto no sólo tiene ideas, tiene ideales. Ideales e ideología, pero no fanatismo ciego ni intolerancia incendiaria e irresponsable. Don Jesús Reyes Heroles, alguna vez, comparó al fanatismo ideológico con una droga que corrompe a los pueblos y destruye la democracia. Nada más lejos de Enrique Peña Nieto que el fanatismo intolerante y el autoritarismo que es siempre su nefasta consecuencia. Aprendió a hacer política democrática y con sus armas, con la práctica de “convencer para vencer”, se acerca al triunfo claro e inobjetable el próximo 1 de julio. Su ideal es la democracia y, con ella, va a renovar a México con paz y prosperidad para todos.