agosto 21, 2011

LA CAPACIDAD DE IMPROVISAR CORRECTAMENTE

En el plano personal (sicológico) la seguridad “es la capacidad de improvisar correctamente”, de reaccionar con firmeza oportuna (puntual) ante los embates que nos hacen diariamente disputar a los demás pertenencias, conquistar anhelos, defender ideales, resolver los problemas (grandes y pequeños), en suma, competir emocionalmente; decidir en el placer y en el deber, elegir el protagonismo o el anonimato, abrir caminos y retroceder a tiempo sobre ellos o tomar los atajos de la conveniencia.

Los inseguros (por su vulnerabilidad interior) no saben vivir, carecen de la dosis de alegría y serenidad que reclama la aventura de cada día. A los inseguros públicos la tranquilidad nos la roba la amenaza realista de salir a la calle o el pavor de estar en casa.

Al nivel del Estado (obviamente democrático), la seguridad pública acaso sea algo similar con las debidas proporciones. La seguridad pública es una solución propicia y constante que permite la convivencia en términos aceptables, aunque nunca faltará un inadaptado o algunos que se atrevan a romper el orden establecido y transgredan lo más sagrado, preciado e irreparable. Pero esas irrupciones que pulverizan el orden público —por instantes— son excepciones a la regla de la normalidad democrática. La democracia con sus instituciones y sus procedimientos incentiva hábitos ciudadanos generalizados y garantiza comportamientos funcionariales que se ajustan a la legalidad. Si lo anterior se incumple se desencadenan responsabilidades ciertas y visibles.

A partir de los atentados del 11 de septiembre de 2001, la concepción de la seguridad nacional se diluyó con la de la seguridad pública, la primera constreñida a la defensa soberanista del territorio frente a los otros estados soberanos y la segunda antes limitada a la relativa paz en las calles y a la eficacia de los medios de respuesta estatales ante los siniestros (los intencionales y los naturales) y ante las agresiones que causan los que delinquen.

La seguridad pública (integral) es la percepción que disuelve temores razonables frente al ejercicio de las libertades de movimiento y de circulación. Es inevitable una legislación que prevea la actuación de los uniformados en la concurrencia temporal que amerita unan sus talentos y destrezas para perseguir con inteligencia (indagatorias científicas) a los que trituran la legalidad para conducirlos con respeto ante el juez competente. Ojalá lleguemos a vivir con la seguridad de que cada quien responda por lo que hizo, por cómo lo hizo y en el caso de los gobernantes por lo que dejaron de hacer, la omisión de autoridad también puede ser asesina.

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