junio 27, 2010

EL SISTEMA, PUESTO A PRUEBA UNA VEZ MÁS.

Prueba de stress es el nombre que se utiliza para aquellas pruebas que, en condiciones controladas, se realizan sobre un individuo o sistema, para determinar la capacidad de soportar cualquier situación fuera de los parámetros normales de operación. Así, es común hablar de estas pruebas en ámbitos tales como el médico, de tecnologías de la información o incluso el financiero. El resultado que arrojan permite a los profesionales tomar medidas para evitar riesgos que podrían colapsar el sistema: en el caso de una prueba médica de esfuerzo, por ejemplo, previniendo emociones fuertes o incrementando la dosis de medicamento. En el caso de tecnologías de la información, liberando recursos que no son vitales en ese momento; y, en el sistema financiero, a través de coberturas, seguros o reservas.

El sistema político mexicano se enfrenta, en estos momentos, a una prueba de stress. La elección del 4 de julio nos va a permitir entender las fortalezas y debilidades tanto del sistema electoral como de las instituciones y la ciudadanía en general. Los medios, los partidos, los dirigentes. Los tres niveles de gobierno. Sin menoscabar la importancia de los comicios en los estados que elegirán a sus nuevos representantes, podemos considerar que el sistema está siendo probado con miras al 2012, y tendremos que aprender de los resultados que la prueba está arrojando, y actuar en consecuencia.

Porque, si se trata de encontrar los puntos más susceptibles de colapso, la situación es preocupante, aunque estamos a tiempo de evitar una catástrofe. ¿Dónde puede colapsar el sistema? Por ejemplo, en las alianzas antinaturales que no buscan sino obtener el poder. En el remoto caso de que alguna prospere y llegue a gobernar, tendremos tiempo de analizar si son capaces de trabajar juntos en beneficio de la ciudadanía o si se arrancan el botín a dentelladas. Otro punto de quiebre es el relativo a la actuación de la autoridad electoral. ¿Será capaz una institución mutilada de brindar certeza, objetividad y transparencia a una sociedad dividida y decepcionada? ¿Será capaz de enfrentarse a los factores de poder y levantar la mano a quien realmente haya ganado? Los partidos también serán probados. ¿Podrán darse cuenta, los dirigentes que han hecho del oportunismo una bandera, de que sus partidos no reflejan sino las prácticas más añejas del autoritarismo? ¿Podrán sobrevivir, y reinventarse, los partidos que nacieron con ideales pero son ahora víctimas de la lujuria del poder?

El gobierno federal también será medido. Eliminar, de forma poco clara, un impuesto tan controvertido como la tenencia vehicular, días antes de las elecciones, no puede generar sino sospechas. ¿Qué estarán dispuestos a eliminar en 2012? ¿El impuesto predial? ¿El ISR? Sin planeación, sin negociar, sin transparencia. Medidas electoreras dirigidas a un pueblo sin educación ni conciencia. No se han dado cuenta de que ya no somos así. Pero creen que no nos damos cuenta y siguen surgiendo escándalos, grabaciones deshonrosas, libelos y anónimos, descalificaciones gratuitas.

En uno de sus libros, Luis Spota, hace una reflexión sobre El Primer Día de un hombre que tuvo el poder supremo y lo pierde al terminar su mandato. Retrata de forma magistral la soledad, el vacío, el olvido paulatino. Las lealtades efímeras. El poder embriaga, y quienes lo ejercen, o detentan, creen que será eterno. Y, si los involucrados en el tiradero de estiércol en que han convertido el proceso electoral, no se dan cuenta de los puntos de colapso arrojados por la prueba de stress que son éstas elecciones, el cinco de julio podría ser, para muchos y dos años antes, aquél primer día de Spota.

No hay comentarios:

Publicar un comentario