enero 13, 2012

ÁNGELA MERKEL

Hoy, prácticamente estamos ante una verdad axiomática; nadie pone en duda que el año 2012 será peor que 2011. Esto, que en una plática informal o en una tertulia con amigos sería entendible y se agradecería que el que lo afirmare no maquillare la situación, en el discurso de muchos gobernantes sería algo imperdonable; inadmisible, dirían “los que sí saben de política”.

¿Será entonces que, “por no saber de política”, la señora Angela Merkel lo dijo en el mensaje de fin de año que dirigió a sus conciudadanos? Luego entonces, dado que él sí sabe de política, Calderón habló maravillas de lo bien que nos irá en 2012, de los muchos empleos que crearemos, de la semillita sembrada y de echarle muchas ganas. ¿Verdad que él sí sabe de política?

Contrario a lo que muchos afirman (“El político jamás debe hablar con la verdad”, menos en las crisis), pienso que lo correcto es hablar con la verdad; más lo es, en los tiempos difíciles. La fortaleza de un político o si usted lo prefiere, su autoridad moral —que al final de cuentas es autoridad política—, se funda en hablar con la verdad, por dura y dolorosa que ésta sea.

La señora Merkel, sin duda el político con más autoridad hoy en día en esto de saber, querer y poder enfrentar una crisis y parar a despilfarradores desobligados como los griegos, portugueses, españoles e italianos, ha sabido acrecentar su autoridad diciendo, a unos y a otros, las cosas como son, sin la menor gota de maquillaje.

Sin embargo, para que un gobernante pueda decir las cosas de esa manera, debe mantener con sus gobernados una relación que le posibilite ser escuchado, valorado lo que dice y tomado en cuenta a la hora de tomar decisiones. La relación entre el uno y los otros debe entonces, estar sólidamente apuntalada en una actuación responsable y eficaz del primero.

Esto último, no es fácil lograrlo; el caso de la señora Angela Merkel es un “garbanzo de a libra” que incluso en las viejas democracias europeas, son raros y ahí donde la democracia es incipiente y sus prácticas políticas conservan todavía, mucho del sistema autoritario que la democracia reemplazó, esos “garbanzos” todavía no los conocemos.

Entre nosotros, en México y en algunos países de la Región, las prácticas políticas moldeadas a lo largo de decenios, han dado como resultado que nuestra visión de la política difiera profundamente de la que tiene y practica la señora Merkel. Es tal el abismo que separa ambas visiones que en México, por ejemplo, no tendría la menor posibilidad de avanzar en partido alguno; es más, no sería aceptada y mucho menos promovida.

Ahora bien, ¿con esos políticos cuya visión política está a años luz de la que practica la señora Merkel, va nuestro sufrido México a salir adelante? ¿Entiende ahora por qué Calderón dijo en su mensaje de fin de año lo que arriba comenté?

Es más, él no estuvo mal, simplemente “hizo política” al dar un mensaje cursilón que para nada tocó la realidad; se comportó como lo que es: un político mexicano.

Sin embargo, por negro e irresoluble que pudiere parecer el panorama descrito en los párrafos anteriores, sí hay solución y no se requiere mucho para ponerla en práctica. Bastaría con tener comprensión cabal del problema, consciencia clara de sus efectos dañinos y sobre todo, una voluntad política férrea para poner un hasta aquí.

¿Tendrá Peña todo eso? Creo que sí; espero no equivocarme pues de lo contrario, esto se jode.

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