julio 09, 2012

NO AL CONFLICTO… TOTAL, SOMOS AMOROSOS.


Nadie en la actualidad, por paradójico que ello resulte, parece más interesado en evitar la previsible evolución del ahora demócrata y amorosísimo Andrés Manuel Lóprez Obrador a su faceta violenta exhibida tras los comicios federales de 2006, que igual perdió el pasado domingo que Marcelo Ebrard Casaubón y Los Chuchos de Jesús Ortega, sus aliados en el control del partido del sol azteca.

En los últimos días y horas, ciertamente, a juzgar por infinidad de hechos ocurridos y/o reportes generados al interior del war room del tabasqueño, nadie representa mejor a quienes se preocupan, y ocupan, en mantener tranquilo al dos veces candidato fallido de las izquierdas a la Presidencia, que el jefe del gobierno capitalino y los suyos que, con Miguel Ángel Mancera, bien que se saben entre los ganadores indiscutibles del pasado 1 de julio.

Por ello, entonces, y porque tanto Ebrard como los Zambrano, Ortega y Acosta Naranjo, entre otros, así como los Cárdenas Solórzano y Batel, entienden con absoluta claridad que lo que está en juego hoy es no sólo la suerte de su abanderado, sino el futuro de una izquierda supuestamente más moderada y democrática representada por ellos o, inclusive, la eventual candidatura presidencial del primero en 2018, es que se sienten obligados a evitar un posible conflicto postelectoral que, de diversas maneras, López Obrador y sus más cercanos vienen anunciando, ¿y construyendo?, desde antes, incluso, de la jornada electoral.

Un conflicto, valdría destacar, que de ganar la calle en forma de plantón, marchas o protestas de jóvenes, y no tan jóvenes miembros del otrora apartidista movimiento #YoSoy132, por ejemplo, o en el aliento de ingobernabilidad o desestabilización social desde la tribuna mediática o, incluso, de posiciones de poder legítimamente asumidas, no discriminará a la hora de cargar costos ni de exigir la asunción de responsabilidades.

Eso y no otra cosa, insistamos, es lo que está forzando a los más destacados liderazgos del perredismo nacional, a su dirigencia en pleno y seguidores, a dejar en claro su decisión de “ir con Andrés hasta el final en la lucha por limpiar la elección… siempre y cuando se mantenga dentro de la legalidad” pues, aun sin decirlo, saben que los costos de cualquiera otra opción serían impagables para México y la sociedad toda, sin duda… pero más aún para ellos.

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