La expansiva relatoría mediática de prácticamente todo hacer y decir de la clase política nos ha convertido a los lectores de periódicos y revistas y a la vez escuchas de noticieros, en cautivos seguidores de decepcionantes actitudes, inspirador libreto de la vigente tragicomedia nacional.
Atrás quedó el lenguaje con propiedad, la polémica de altura, el sobrio protocolo, el profundo discurso, el usted, el respeto a personas e instituciones. Hoy el lenguaje es procaz, la polémica es pleito, el protocolo es improvisación, el discurso es injuria, el tú, y en cuanto a personas e instituciones, éstas valen madre.
Los señores de la política se dirigen entre sí a base de apodos, como lo hacen los boxeadores y los narcos. Así tenemos que Juan Molinar es “el greñas” o “el asesino”, el presidente del PAN es “Maderito”, el secretario del Trabajo es “el porro del Presidente”, Heriberto Félix es “el lastimoso” y el bautizador presidente del PRI es “Sergio el bailador” o “Madaleno”.
Atrás los tiempos de querer vencer y convencer, hoy se trata de aplastar.
¿Es éste el nivel parlamentario que los mexicanos merecemos? ¿Acaso nosotros lo propiciamos? Definitivamente, no. Nuestro error es el conformismo y la tolerancia.
La banalidad parece marcar la agenda de la nación.
El líder del PAN amenaza con demandar a los gobernadores del PRI por haberse reunido en cónclave partidista en el DF a horas laborales. En respuesta, el líder del PRI demandaría a Felipe Calderón por incumplir con sus deberes y a Gustavo Madero y acompañantes por haber acudido a Los Pinos a tratar asuntos partidistas también en horas hábiles.
Pregunto: ¿Cuál es el horario laboral de los gobernantes?
Chequen ésta: el gobernador Javier Duarte de Veracruz declaró al secretario Javier Lozano persona non grata al haber visitado éste el puerto jarocho, dizque en horas hábiles para realizar “actividades electorales en actitud de conquistador, lo que compromete la buena relación con la Presidencia de la República”.
Pregunto: ¿Cuándo un gobernador ha aplicado el non grato a un ciudadano con derechos constitucionales?
Esta ofende inteligencias: cuando comenzó el rumor sobre la posible participación de Alejandro Encinas el pasado noviembre en las próximas elecciones del Estado de México para gobernador, éste declaró: “Me gustaría ser gobernador del Estado de México. Tengo 40% de las preferencias, pero la candidatura estaría vulnerable por la residencia”.
En las elecciones de 2009 Encinas presentó su credencial de elector vigente y votó en la delegación Coyoacán del DF, la correspondiente a la dirección señalada en la misma. Para contender para gobernador del Estado de México se requiere residencia efectiva en dicho territorio por lo menos de tres años previos al día de la elección. Esta semana, Encinas exhibió dos constancias de residencia expedidas por el Ayuntamiento de Texcoco en que se hace constar su residencia en Texcoco desde 2006.
Pregunto: ¿Si Alejandro Encinas tiene su residencia en Texcoco desde 2006, cómo le hizo para ser electo diputado plurinominal por el DF en 2009? Además, ningún documento es más confiable que la credencial de elector vigente.
Sinceramente, no tenemos los gobernantes que merecemos. Como hijos de matrimonio mal avenido, sin deberla ni temerla, presenciamos pleitos y amenazas entre trepadores del poder, carentes de la formación profesional e intelectual para representar a una ayer esperanzada y hoy desalentada sociedad, anhelante de empleo, seguridad y equidad.
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