Polémicos y hasta ilegales, sí, pero los informes confidenciales difundidos por WikiLeaks ubican bajo qué parámetro nos ve el gobierno de Estados Unidos y, en particular, el actual embajador, Carlos Pascual. “La corrupción oficial es generalizada”, dice el reporte que se envió directamente a Washington y que, de paso, expone las divisiones internas entre las Fuerzas Armadas, porque califica al Ejército de “lento y con aversión al riesgo”.
Los duros cuestionamientos de EU al gobierno de Felipe Calderón en la lucha contra el narcotráfico dejan una cosa muy clara: la administración de Barack Obama no nos tiene un ápice de confianza. Al contrario: pone en duda que en la guerra contra el crimen vayamos a salir victoriosos.
Y algo más: una cosa es lo que se dice en público sobre la batalla contra el narco, y otra, la información que se hace llegar a la Casa Blanca. Nos tachan de corruptos y de no saber enfrentar la situación. Así de claro.
En medio del escándalo mundial por la información clasificada, que hoy ya es pública, a través del sitio web WikiLeaks (que desnuda documentos del Departamento de Estado de EU y exhibe a la férrea política exterior de ese país) se reveló que el embajador Pascual, mediante el informe 240473, asegura también que la muerte del capo Arturo Beltrán Leyva, El Barbas, se dio gracias a información proporcionada por los Servicios de Inteligencia de la embajada de EU en México.
¿Alguien duda sobre cómo están operando ya los policías infiltrados de EU en nuestro país?
Pascual exalta la labor de la Marina, pero cuestiona la del Ejército. “La Sedena está en la difícil posición de explicar por qué han sido reacios a actuar de manera inteligente y dirigir la operación contra objetivos de alto nivel. Nuestros servicios transmitieron la información originalmente a la Sedena, que se negó a actuar con rapidez y reflejó una aversión al riesgo”, informa a Washington el embajador gringo.
Esto es grave. Si Pascual afirma que los militares sabían del paradero de El Barbas, y nada hicieron, pues los está acusando de complicidad o, en el menor de los males, de apatía. Son los señalamientos del embajador más importante acreditado en México.
En otro cable revelado por WikiLeaks, el número 246329, la embajada de EU señala que hay “descoordinación en los servicios de seguridad, que son a menudo presas de una competición de suma cero en la que el éxito de un organismo, se ve como el fracaso de otro”.
En una frase: para EU hay un desorden institucional dentro del gobierno mexicano.
Pero hay más.
En el caso concreto de Ciudad Juárez, la embajada asegura que hay un fracaso de los militares “porque no estaban preparados para patrullar las calles o imponer la ley”.
Son fuertes los cuestionamientos que los diplomáticos estadunidenses hacen respecto a la lucha del gobierno mexicano contra el narco. Ahora resulta que no ha sido (como nos dicen hasta el cansancio) una labor de inteligencia propia la que ha permitido la captura de capos, como el caso de El Barbas. Esa también se la debemos a los espías gringos.
EU es experto en acusar al enemigo y hacerlo pedazos. Lo vimos con Irak. Nos hubiera gustado que en sus informes también abordaran la venta indiscriminada de armas en la frontera norte, que llega por miles a las manos del narco mexicano. O bien, que divulgaran cuánto dinero manchado por las drogas se queda en bancos de Wall Street.
De eso no hablan.
A ver qué otras sorpresitas nos ofrece WikiLeaks.
Aunque hay que decirlo con todas sus letras... A usted amigo lector, ¿le hacía falta leer en WikiLeaks que nuestro país está mal?, ¿Qué la guerra contra el narco no es más que una falacia?
¿Usted, que opina?
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