marzo 30, 2010

LIVIN' LA VIDA, LOCA!

Si no fuera sospechosista del sospechosismo mismo, podría afirmar categóricamente que fueron los Legionarios de Cristo, en conciliábulo con el gobierno, en lo más oscurito de Bucareli, donde se ideó la salida del clóset de Ricky Martin para conformar una cortina de humo alrededor de los grandes escándalos en su entorno.

Nada mejor que una noticia que, a pesar de ser varias veces rebatida por sus supuestas novias (pobre Rebeca de Alba, quedó peor de quemada que el eje Chesarito-Matrix-Gomezpunk-Peñanieto que, luego de cansarse de negarlo, tuvieron que aceptar que jugaban a las pipis y gañas en lo oscurito de Gobernación), puede alimentar esa cierta clase de morbo que sólo las celebridades, hambrientas de notoriedad, consiguen incentivar.

En estos momentos, con toda sinceridad, ¿a quién le importa el atentado en el Metro de Moscú, el asesinato de adolescentes y niños en Durango a manos de unos sicarios hijos de puta, o las disculpas del gobierno frente a los trágicos daños colaterales de la narcoguerra, cuando Ricky se declara homosexual con el mismo talante con el que El Chelís (convertido en el nuevo Niño Fidencio) declara que el América es “un equipazo”?

Digo, hay prioridades, a quién le puede importar que militares acusados de violación en un antro de Castaños, Coahuila, llamado El Pérsico, hayan sido beneficiados con importantes rebajas a su condena por tecnicismos legales, cuando Ricky Martin se declara gay, sin temor a que Paquita la del Barrio quiera obligarlo a dejar morir de hambre a sus hijos adoptivos, o que el PAN, encabezado por Navalú y Marianita Gómez del Campo, quieran quemarlo en leña verde, con una pequeña ayuda de la PGR del grisáceo Chávez & Chávez.

Pero el cambio inesperado del caso Paulette (la niña secuestrada misteriosamente en Huixquilucan), ahora que los padres han sido arraigados por la inconsistencia de sus declaraciones, quizá disipe las neblinas que el affaire Ricky Martin y nos devuelva a la cruda realidad y a nuestras preocupaciones por el Bicentenario que es un mundo de caramelo. Sí, mejor hay que hablar bien de México, como pide Calderón con la misma humildad con la que Paco Memo Ochoa solicita que no se fije la gente en sus pifias porteriles.

Claro que también puede pensarse que todo estaba planeado por Ricky Martin para opacar el aniversario luctuoso de Rigo Tovar. Esa sí es mala leche.

Ya lo dijo el maestro Kabeza en Twitter: No es lo mismo el livin la vida loca, que livin la vida, loca.

marzo 25, 2010

LA REFORMA LABORAL EN MÉXICO

Llama la atención lo ríspido de las reacciones contra la iniciativa de reforma laboral presentada por la bancada del PAN en la Cámara de Diputados. Las calificaciones (más bien descalificaciones) han dado la nota principal: desde titulares del tipo “todo para los patrones”, hasta calificativos como “fascista”, sin que en ningún caso los críticos se tomen la molestia de argumentar estas posiciones.

Pienso, para empezar, que el solo hecho de su presentación pública es fundamental, pues abre un sano y necesario debate sobre un tema que para muchos (y por mucho tiempo) ha sido tabú, mientras que para otros la iniciativa es un intento (inadmisible) de sacudir privilegios y deshacer contrahechuras.

Lo cierto es que la Ley Federal del Trabajo vigente data de hace 40 años, y este solo hecho habla de la necesidad de reformas en un universo tan cambiante como es el del trabajo y de la producción. Hace 40 años México vivía en una economía cerrada, basada en el uso intensivo de mano de obra, el crecimiento “hacia adentro” y la sustitución de importaciones; esquema que correspondía, por cierto, a características centrales del sistema político entonces imperante.

El modelo de un Estado patrimonialista, sobreprotector y tutelar de derechos y conquistas laborales se empezó a deteriorar con las crisis sucesivas de la economía y de la política, con la urbanización de la población y el crecimiento demográfico, con los cambios culturales y sociales de los últimos lustros y también por los efectos y transformaciones resultado de la nueva realidad global económica.

Hoy, la legislación laboral proteccionista es un remanente del viejo régimen y un obstáculo para un desarrollo más rápido y eficiente de la inversión, el empleo y la productividad, pues se topa con una realidad totalmente diferente a aquella para la que fue concebida. La economía mexicana se ha abierto al mundo, sin embargo, en competitividad somos el número 60 entre 133 países, y en eficiencia del mercado laboral ocupamos el lugar 115.

La actual legislación laboral favorece la estabilidad en el empleo, pero a cambio desalienta la creación de nuevas fuentes de trabajo, permite la opacidad en la vida de los sindicatos, prolonga indefinidamente los juicios laborales, premia la antigüedad y no al más capacitado, otorga privilegios indebidos a las dirigencias sindicales y es condescendiente ante las transgresiones y chantajes en el caso de las huelgas.

La iniciativa presentada por el PAN, y largamente anunciada por el secretario del Trabajo y Previsión Social, mantiene intocado el artículo 123 constitucional y preserva los derechos laborales, poniéndolos en armonía con las nuevas realidades.

Si con una palabra hay que definir la reforma, ésta es flexibilización: trabajo a prueba y de capacitación inicial; especificar pago por hora; ascenso y ocupación de vacantes por los mejores trabajadores; renovar las obligaciones de capacitación y adiestramiento para propiciar mayor productividad y reinserción en los puestos de trabajo.

Junto con ello, una serie de medidas que tienen miga de género: prohibir la solicitud de certificados de no embarazo, sancionar el acoso sexual, regular jornada de trabajadores domésticos, entre otras, así como mejorar las condiciones de los jornaleros agrícolas, sancionar la contratación de menores de 14 años, etcétera.

Lo más impactante, sin embargo, es lo que se refiere a la democracia y transparencia sindicales. Aquí se plantea obligar a los sindicatos a difundir entre sus agremiados la información sobre el manejo de sus recursos; la publicación en internet de los registros sindicales, contratos colectivos y reglamentos de trabajo.

Y enseguida: identificar en las huelgas la voluntad mayoritaria de los trabajadores a través del voto libre, directo y secreto; prever que las elecciones de dirigentes sindicales se hagan mediante voto público o secreto; “eliminar el descuento obligatorio de las cuotas sindicales por nómina, salvo aceptación expresa del trabajador”, cese a la cláusula de exclusión. Al final se plantea evitar el coyotaje en las juntas de Conciliación y Arbitraje.

¿Es ésta una reforma perversa, capitalista salvaje, fascista? No lo parece; sin embargo, es un hecho que atenta contra privilegios y derechos consuetudinarios, no tanto de los obreros, como de sus líderes. Quizá ello explique por qué ha generado tanta animadversión entre los partidos de oposición: ataca cotos de interés y clientelas tradicionales.

Sigo creyendo qeu si existe un abismo en la cuestion de acoso laboral, pero del resto me mantengo abierto ante la increible posibilidad que la misma flexibilidad permite para mejorar algo que, desde tiempo atrás parece ser una biblia de obligaciones del patrón y no dejar en claro las responsabilidades del empleado.

marzo 22, 2010

DE LA REFORMA LABORAL Y EL ABISMO.

Te me antojas”, fueron las palabras que pronunció un directivo que conozco, hace ya varios años, en una empresa que me es muy familiar. Se las dijo a una secretaria, que se quedó paralizada al escucharle. No estoy seguro de que ella no hubiese provocado el desliz de aquél, toda vez que terminó pariendo el hijo adulterino de otro individuo en el mismo lugar de trabajo. En fin.

Uno de los aspectos más positivos de la reforma laboral presentada por el PAN hace unos días tiene que ver con el hostigamiento sexual en el lugar de trabajo. La iniciativa de reformas finalmente lo incorpora explícitamente, e impone castigos a quienes violen la nueva ley.

Dice que queda prohibido a los patrones o sus representantes realizar actos de hostigamiento sexual, o permitir o tolerar esos actos. Define al hostigamiento sexual como “el ejercicio del poder en una relación de subordinación real de la víctima frente al agresor en el ámbito laboral, que se expresa en conductas verbales, físicas o ambas, relacionadas con la sexualidad de connotación lasciva”.

Será en extremo complejo probar cabalmente esto. La razón es simple: probar los dichos de quienes se dirán acosados o acosadas será complejo 

¿qué es “lascivo”?

Será la palabra del acosado contra la de la acosadora, o viceversa.

Pero en caso de que llegara a probarse, la nueva ley laboral impondrá multas ejemplares de hasta 5 mil salarios mínimos “al patrón que cometa”, “al que realice”, o “al que tolere o permita” estos hostigamientos. Me pregunto qué harán de ahora en adelante las centenas de empresitas y agencias de edecanes que despliegan su recurso humano en exposiciones y carreras de autos… el acoso a sus chicas suele ser más común que la entrega de los flyers promocionales. Tendrán que vestirlas con cuello de tortuga.

Agradezco que el panismo haya incluido el tema en su propuesta, pero la observancia de esta nueva ley será harto más difícil que la que nos obliga a separar la basura. En todo caso, ya veremos de qué están hechos los diputados en la materia, si es que fortalecen esta iniciativa para incluir mecanismos específicos de denuncia anónima en el trabajo: un ombudsman de lo sexual en el trabajo, por ejemplo.

marzo 13, 2010

UN POCO DE HISTORIA, PREVIO A LOS FESTEJOS.


No tenemos los diarios personales de los que serían personajes claves en la Revolución, pero algunos datos nos hablan de que los futuros protagonistas del movimiento armado para nada imaginaban lo que pronto ocurriría: Bernardo Reyes, el frustrado gran oponente de Porfirio Díaz en 1909, andaba en Francia visitando fábricas de cañones y armamento; Manuel M. Diéguez después de su actuación en la huelga de Cananea, luchaba por sobrevivir en su calabozo de San Juan de Ulúa. En ese mes de marzo de 1910, Emiliano Zapata cumplía su condena como soldado del ejército federal en Cuernavaca. El 6 de marzo, Panchito Madero escribió a Emilio Vázquez Gómez: “Estoy conforme en que admitamos la última reelección del general Díaz, pero siempre que sea después de un convenio formal celebrado con nuestro partido y según el cual acepte un vicepresidente de común acuerdo sustituyendo a varios de los actuales gobernadores por miembros de nuestro partido y nos dé garantías absolutas de que en los sucesivo seremos gobernados por la Constitución… No significa que yo esté de acuerdo con que en la convención vaya a resultar el general Díaz como candidato, pues eso sería fracasar… Le dije en mi anterior, que en caso de que yo resultara el candidato, sí estaría conforme en renunciar siempre que se celebrase el convenio al que me refiero más arriba, pero si este convenio no se lleva a cabo, será preciso luchar vigorosamente en la próxima campaña electoral. Yo creo que esto va a ser la verdadera solución y no solamente esto, sino que tengo grandes esperanzas de que triunfaremos, pues durante mi última gira he palpado el estado en que se encuentra la opinión tan favorable a nuestra causa y tan resuelta a no permitir una nueva imposición por medio del fraude en las elecciones”. Del texto anterior, resalto que Madero no se oponía terminantemente a una posible reelección de Porfirio Díaz, y que el fraude electoral era algo habitual en México.

No tenemos datos precisos de lo que hacía Villa en esos ayeres de hace un siglo, pero no está por demás recordar lo que Friedrich Katz decía de Pancho Villa por esos días: “Villa no era ni el muy buscado asesino que sus enemigos inventaron, ni un legendario Robin Hood, ídolo de los campesinos y terror de los hacendados, como quiere el retrato de algunos de sus admiradores. A diferencia de otros dirigentes de la revolución mexicana, antes de 1910 Villa no había participado en ninguna de las revueltas, rebeliones o movimientos de protesta que se produjeron en Chihuahua durante la era porfiriana. Tampoco estaba vinculado con las comunidades que luchaban por sus tierras, como fue el caso de Emiliano Zapata… Uno de los mayores misterios sobre los primeros años de vida, es la extraña coexistencia de actividades legales e ilegales. ¿Por qué las autoridades no lo arrestaban? ¿Cómo podía estar tan seguro de sí que incluso se quejaba de maltrato ante los altos funcionarios, obviamente convencido de que no lo arrestarían?... Ciertamente no hay que concluir que Villa siempre fue un ciudadano pacífico y obediente de la ley, que nunca cometió ningún acto de bandolerismo. Él mismo confirma lo contrario, no sólo en sus memorias, sino en las muchas entrevistas que concedió a reporteros, periodistas y amigos”. (F. Katz, Pancho Villa, Era, T.I, p. 92-93).

Espigando la prensa de Guadalajara y de la capital del país en esos días de marzo de 1910, sobresalen las quejas de que los festejos por el centenario están atrasados. Sobresale la siguiente afirmación: “Lo único que se concluirá es el monumento de Independencia, cuya fealdad es notoria; aquello es un enorme tubo de chimenea sin gusto y sin arte”. (Diario Fin de Siglo, 6 de marzo de 1910). De suerte que el monumento en que los capitalinos celebran los triunfos de la Selección de futbol, en la opinión de hace un siglo, resultaba un “enorme tubo de chimenea sin gusto y sin arte”. Sin embargo, según noticias de los diarios de esa época, había mucho más entusiasmo por el festejo del centenario de la Independencia que lo que ocurre ahora para festejar un centenario y un bicentenario. Como se podrá ver por hechos posteriores, el gobierno de Díaz inauguró grandes obras, entre las que sobresale la refundación de la Universidad Nacional de México.

marzo 06, 2010

DEL CONVENIO A LA TEORÍA DE UNA CONSPIRACIÓN


Lo peor que podría ocurrir en la polémica del convenio firmado por el PAN y el PRI sobre no realizar alianzas en el Estado de México entre partidos antagónicos es el desprestigio de los acuerdos. La política, en cualquiera de sus expresiones, pero sobre todo la coexistencia y la corresponsabilidad (rasgos propios de un arreglo democrático) demandan del entendimiento y compromisos entre las fuerzas políticas. Mucho daño haría a la política el desacreditar el acuerdo como instrumento.

En el tema en particular, llama la atención que tuviera que suscribirse con formalidades, por escrito, firmado por los dirigentes y testigos de singular peso y significado político. Tal pareciera que la palabra empeñada dejó de tener valor, no obstante que fue fundamental en la transición democrática. Sin acuerdos no habría existido el IFE ni el registro de electores moderno ni la redistritación. Tampoco sin acuerdos hubiera habido Tribunal Electoral, autonomía del IFE, financiamiento público suficiente a partidos, democracia en el DF y principios de equidad en las prerrogativas.

Ahora se demanda (y se obsequia) que los acuerdos estén firmados. En Oaxaca afirman que se celebró el mismo acuerdo, pero para el PRI de ese estado fue suficiente la palabra comprometida. El reclamo de priistas oaxaqueños es que el PAN se desentendió del entendimiento verbal. En el PAN se guardó silencio, incluso se hizo creer que el compromiso había sido del secretario de Gobernación y que por no consultar al partido, éste quedaba libertado de acordar con el PRD una coalición en Oaxaca y otras partes. La renuncia del secretario, un error, insisto, ahora adquiere sentido. Fernando Gómez Mont soportó la embestida de sus propios correligionarios, incluso del dirigente del partido, quien sabía que había un compromiso para no realizar alianzas.

César Nava asume un elevado costo. Fue una imprudencia de su parte firmar el acuerdo, el que, por cierto, como ha destacado Ciro Gómez Leyva, no establece una contraprestación respecto a la reforma fiscal. El error básico y posiblemente fatal para él fue negar su existencia. Inaudito, sobre todo porque sus adversarios agraviados tenían conocimiento del acuerdo en su forma documental y verbal. Un elemental sentido de supervivencia lo hubiera llevado a reconocer él mismo un principio de acuerdo, pero en octubre o en noviembre, y decir en ese entonces que el convenio quedaba sin validez por las razones de incumplimiento que ahora aduce.

La situación de César Nava en el PAN se complica; paradójicamente, la de Gómez Mont se fortalece. Suscribir un compromiso de tal naturaleza pertenece al orden colectivo del partido, no de la dirigencia y, todavía más, es fundamental considerar a la estructura partidista en el estado de referencia. Las coaliciones para elecciones locales no deben ser materia exclusiva del centro, sino que debe considerarse, necesariamente, la aprobación de la estructura partidista local, como ahora lo demandan en Sinaloa respecto a la postulación de un candidato externo al PAN.

El problema es más grave de lo que parece. La degradación de la política, afirma Ciro Gómez Leyva, y yo agregaría, su envilecimiento. Todavía más, el partido con mayor tradición de autonomía al poder público, precedente ejemplar de lucha cívica y solidez institucional, el PAN, vive uno de sus peores momentos. El tránsito al poder público y las dificultades que enfrenta por una situación de gobierno dividido (un Presidente sin mayoría en el Congreso) ante una oposición más maliciosa y experimentada, le ha hecho comprometer lo mejor de su esencia y buena parte de su fortaleza.

Por ello mismo no deja de ser sorpresivo el curso que ha dado el PAN, o más bien, sus dirigentes, hacia coaliciones con sus adversarios de doctrina y proyecto. Un partido que en su mejor momento electoral tenía conciencia del riesgo que llevaba implícito su eventual arribo al poder. Ahora, en la incertidumbre electoral, en medio de resultados adversos, prescinde de lo mejor de sí para acogerse a aventuras de muy inciertos resultados. Que al PRI no le guste, le incomode o le alarme no es la cuestión, al menos no debiera serlo para el PAN. Un hecho revelador es que Felipe Calderón llegó a la Presidencia con el respaldo de su propio partido; ganó sin coaliciones, en cerrada competencia con la coalición de la izquierda y con gran ventaja respecto a la coalición del PRI y del PVEM.

En el contexto de la polémica por el acuerdo, el país se vuelve rehén de los partidos y de su involución; no sólo ahora son más autoritarios, centralistas y verticales, sino que han ido perdiendo sentido de origen, de proyecto y de identidad doctrinaria. Los partidos electoreros son una perversión de la política y se vuelven, tal como ha ocurrido en los últimos años, un obstáculo para atender muchos de los problemas nacionales. Desde luego que los partidos deben dar prioridad a la conquista del poder a través del voto, pero no a costa de su propio proyecto, con candidatos reclutados de la misma oposición que buscan derrotar.

Hoy día el país se debate en un problema muy grave de inseguridad. La pobreza y la desigualdad persisten y se profundizan. México dejó de ser desde hace una década ejemplo de economía responsable para pasar a una situación de desprestigio y de resultados muy por debajo a la abrumadora mayoría de las naciones emergentes, a pesar de su vecindad con EU.

Es lamentable que la discusión de hoy día sea un acuerdo firmado que horas antes había sido negado por uno de sus suscriptores. El país demanda de sus partidos y de sus políticos que se aborde una discusión de mayor trascendencia para el bienestar del país. La agenda de la reforma política es un buen espacio para la deliberación del país que queremos ser. También la propuesta de reforma económica estructural que todavía no se ha formalizado, pero que desde ahora ya se puede ir dibujando. Para ello se necesita acuerdo, firmado o no.

marzo 02, 2010

RELIGIÓN, MUSICA Y EL IMSS.

El arzobispo de León, José Guadalupe Martín Rábago, un hombre sin duda comprometido con el pensamiento más anclado a los procesos científicos, dedujo, a partir de sus sensibilidad religiosa, que se podía sospechar que los desastres naturales que en fechas recientes han azotado a la humanidad podrían ser tomados como un mensaje divino ante la proliferación de la violencia y las bodas gay. Un elegido este hombre al que en cualquier momento veremos acusando a la cantante Anahí de haber ocasionado con su actuación en Viña del Mar (vestida de novia berreó el clásico de Amanda Miguel, “El me mintió”, hasta que terminó mostrando en la espalda unos puñales ensangrentados) el terrible terremoto chileno al ofender así al eterno.

Incluso ya veo a este gran impulsor de los ideales guanajuatizantes explicando a través de la justicia divina que los escritores, editores y promotores mexicanos, invitados al I Congreso Iberoamericano de Lengua y Literatura Infantil y Juvenil, se hayan quedado varados en Chile ante la imposibilidad de encontrar vuelos de regreso a México, dada la naturaleza pecaminosa de sus textos (Juan Villoro y Pancho Hinojosa, en especial). Aterrados e ingenuos, estos personajes armaron una carta para la canciller Patricia Espinosa pidiendo ayuda para salir de Santiago, donde la vida es eterna en cinco minutos. Pobres, con la sensibilidad de la jefa de la SRE, se quedarán allá hasta el próximo tsunami. El gran poeta Hinojosa escribió en Twitter: “Siguen las réplicas. O ya algunos no las sienten o les da flojera seguir saliendo del hotel”. “Me despertó un sueño: un avión del ejército nos evacuaba. Ja, ja”.

Es una lástima que la Tremenda Corte no hubiera contado con la asesoría del filósofo Martín Rábago ahora que concibió determinaciones sobre la guardería ABC. Seguramente no sólo hubiera encontrado responsabilidades tanto en el gobierno de Eduardo Bours y en la administración del IMSS de Juan Molinar Horcasitas (los ministros encontraron lo que ya se sabía, que en el manejo de las guarderías subrogadas había valemadrismo, abuso, displicencia, enjuagues siniestros y toda índole de negocios turbios pero nepotistas que no pasaban por la seguridad de los infantes), sino que habrían excomulgado a tamaños funcionarios que no funcionan, profesionales del lavado de manos al estilo Pilatos.

El IMSS reaccionó de volada y les explicó que ya se tomaron medidas en materia de protección civil. Eso que se los digan a los padres de los niños, a los que tanto el instituto como los gobiernos federal y local han tratado como el calderonismo a Ciudad Juárez.