Hace unos días, precisamente para cuando presenté mi examen profesional, se dio el sensible fallecimiento de la madre de mi padre, mi abuela. Si bien nuestra relación jamás fue algo sobresaliente, me duele aceptar que nunca supe lo que significa “el cariño de los abuelos”. No obstante, siento algo por aquella tierna viejecita que ya descansó merecidamente, pero llamó mucho mi atención la cantidad de personas que asistieron a su funeral, personas que hacía demasiado tiempo que no veía… Entre familiares, amigos y dos que tres hipócritas que también solían ser amigos y familiares sobre todo, alguien hizo un comentario muy acertado. Es por eso que comparto con ustedes el siguiente poema que por azares del destino llegó a mis manos esta misma mañana…
Si quieres hacer feliz
a alguien que quieras mucho...
díselo hoy, se muy bueno
en vida, hermano, en vida...
No esperes a que se mueran
¿si deseas dar una flor?
Mándalas hoy con amor
en vida, hermano, en vida...
Si deseas decir “Te quiero”
a la gente de tu casa
al amigo cerca o lejos
en vida, hermano, en vida...
No esperes a que se muera
la gente para quererla
y hacerle sentir tu afecto
en vida, hermano, en vida...
Tú serás muy venturoso
si aprendes a hacer felices,
a todos los que conozcas.
en vida, hermano, en vida...
Nunca visites panteones
ni llenes tumbas de flores
llena de amor corazones
EN VIDA, HERMANO, EN VIDA.
Ana Ma. Rabatte
En memoria de Ma. Dolores Barredo Torres, mi abuela, a la que quise a pesar de todo.
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