junio 14, 2009

ECONOMÍA CON OPCIONES PARA JÓVENES.


Mi nombre no es lo importante, sino la expectativa de vida que cualquier joven tendría; lo dicho, visto desde la perspectiva de un egresado universitario con un prometedor futuro profesional.

Si bien es cierto que lo anterior sonó un poco confuso, allí yace la explicación a mi actual sentir, he aquí mi historia.



REALIDAD O UTOPIA

Acostumbrado desde muy joven a trabajar para poder costearme mi vida educativa, así como mis gustos personales, crecí en un nicho familiar muy unido, fuerte en valores y creencias religiosas, pero humilde en riquezas. Así fueron mis días de estudiante; en uno de tantos, comencé a forjarme el desarrollo profesional que tanto habían añorado mis padres y comencé a hacer mis “pininos” en una academia de leguas extranjeras en la que por cierto me había graduado ya como maestro de inglés. Con el pasar de los meses entendí por mucho la relación natural existente entre el profesor y el alumno; conocí a muchos jóvenes y al día de hoy, sé que muchos de ellos compartirán mi sentir.

Al cabo de un año, se me presentó la oportunidad para ingresar a una nueva compañía; eran entonces los albores de mi segunda carrera profesional. A duras penas pude sobrellevar el estudiar y trabajar al mismo tiempo; sin embargo, lo hice. Fue así que, al culmen de dicha carrera, una nueva empresa mi brindara la oportunidad de madurar profesionalmente en la ciudad de Mérida, Yucatán. A pocos meses de haber comenzado la aventura de mi vida, una nueva empresa me lleva de la mano hasta el municipio de Benito Juárez, Cancún, Quintana Roo; es ahí donde sin ningún título o cedula profesional tomo cargo de Director de marketing y ventas. Por mucho, para cualquiera de mis compañeros que decidieron permanecer en la ciudad y no buscar una opción laboral excepto de las que salían en los avisos económicos de los periódicos locales, mi salario y condiciones de vida eran muy envidiables.

No cabe duda, nuestros mayores tienen mucha razón en sus palabras y créame, usted que está leyendo este ensayo con aspecto de monologo y con un tinte de novela literaria, no me dejará mentir. “El pan ajeno, hace al hijo bueno”. Y en definitiva, sólo a los que nos ha costado trabajo, horas de sueño, esfuerzo incluso lágrimas, valoramos cada rebanada de pan que nos llevamos a la boca y cada centavo en nuestro bolsillo. De ésta importancia, que he decidido ahondar en el tema de la economía con opciones para jóvenes.

Entrado en los tiempos actuales; a todos, de una u otra manera, nos pegó el ya tan conocido caso de la influenza porcina. En mi caso muy particular, residiendo en una ciudad que se mueve por las divisas extranjeras generadas por el turismo internacional no fue la excepción. Debido a una caída repentina en el ingreso de todos los clientes de la empresa en la que laboraba, los costos eran inalcanzables para su cobertura; no obstante, el sector salud nos informa que debido a la inclemencia sanitaria, sólo podríamos atender un máximo de cinco clientes por día y para colmo de males, los administradores generales declaran a la empresa en paro técnico para empezar a formar parte de la lista de 342 empresas en Cancún, que serían subsidiadas por el gobierno durante los próximos seis meses.

De lo anterior, que para el día 11 de Mayo, retorno no derrotado sino inconforme con la situación actual. Hay Campeche de mis amores, la sorpresa que me tenías preparada.

Fue entonces que decidí darme a la tarea de comenzar a buscar una nueva oportunidad de empleo, un sitio donde valoraran la capacidad profesional que en otros lugares de nuestro país había dejado muy en claro. Desafortunadamente para mí como para muchos otros jóvenes no es una tarea fácil. Así que, a la vieja usanza, tome mi modesto periódico y eché un pequeño vistazo a la sección de avisos económicos. Inmediatamente saltó ante mí un clasificado de una empresa que requería los servicios que su servidor desarrollaba, un mercadólogo. Con el ánimo que caracteriza a cualquier chavo de mi edad, me dispuse a llevar mi Curriculum Vitae a la dirección, persona y hora que dicho anuncio decía. Muy puntual a la cita, elegantemente vestido y con la poca experiencia laboral acumulada en los pocos 9 años que profesionalmente he ganado, me dispuse a entregar mis documentos. Cuál sería mi sorpresa que después de tan sólo 15 segundos en aquella oficina, la asistente me mirara de arriba hacia abajo y de vez en vez le echara un vistazo a mi Curriculum para concluir en la siguiente frase:
“… ¿y para que puesto aspira? ...”

Lleno de orgullo y con la frente en alto le contesté:
“…para el departamento de mercadotecnia…”

Tras una larga pausa, la dama rompe el silencio señalándole a su compañera que había un aspirante documentos en mano para la vacante de mercadotecnia. A lo cual responde dirigiéndose a mí en tono fuerte y directo:
“…así que usted viene por la vacante, ¿qué experiencia tiene? …”

Ante la interrogante, decidí preguntarle qué experiencia requería, haciendo hincapié a la teórica o a la práctica, pero noté una marcada cara de no saber a que me refería y replanteé la pregunta sugiriéndole que me dijera cuales eran las actividades del mercadólogo en su empresa. A lo que respondió de manera muy segura, que el mercadólogo era el encargado de contestar las llamadas telefónicas de los clientes, tomar los pedidos, informar al departamento de ventas y tomar recados de vez en cuando. Después de esa contestación, entré en un conflicto mental muy grande y aquí la explicación; después de cuatro años de carrera profesional aprendí, comprendí y entendí que:

La mercadotecnia (del inglés: Marketing) tiene diversas definiciones; según Philip Kotler (considerado padre del marketing) es el proceso social y administrativo por el cual los grupos e individuos satisfacen sus necesidades al crear e intercambiar bienes y servicios. Que es el conjunto de técnicas y métodos para promover la mejor venta posible de uno o varios productos y servicios.

Si bien comprende, amigo lector. Existe mucha diferencia entre lo entendido en el aula y lo que la amable señorita acababa de definir como el puesto de mercadólogo.
Como era de esperarse, fruncí la sien y le refuté la ambigüedad que su explicación había creado en mí. Pero rematé ofreciéndole se quedara con mis documentos en caso de que en lo sucesivo existiese la posibilidad de desempeñar mi puesto de manera coherente.

Al rezar de una popular canción:
“flaco, ojeroso, cansado y sin ilusiones”

Regresé a su humilde casa en donde de nueva cuenta, tome el diario y busque una nueva opción. Al día siguiente y al siguiente del anterior, se repitieron ambas historias; iba lleno de emoción y con las pilas súper cargadas y regresaba con la moral por los suelos habiendo escuchado desde la anécdota anterior hasta que el mercadólogo era quien se encargaba cobrar en las cajas de un conocido centro comercial. Cabe señalar, que lo bajo de mi moral no yacía en el hecho de no haber encontrado trabajo, sino en el hecho de que en mi terruño querido existiese una muy vaga concepción del término “mercadotecnia”.

Escuché infinidad de cosas:
“no necesitamos un mercadólogo”
“no puedo pagarte más de mil pesos quincenales”
“estás sobre capacitado para el puesto”

Pero lo que más me conmocionó, fue escuchar de boca de mis colegas que en todos los sitios a los que habían ido, les decían lo mismo que desafortunadamente escuché con mis propios oídos.

Con la efervescencia política que se vive en nuestros días, he escuchado a muchos políticos aspirantes a algún cargo de elección popular decir a jóvenes y adultos, que abogarán por la creación de más y mejores empleos, que apoyarán a los jóvenes para que concluyan sus estudios profesionales, que darán becas y apoyos escolares, inclusive escuche que por cada joven habría una computadora, entre otras muchas y variadas propuestas electoreras que se repiten año con año y que yo le pregunto estimado lector…
¿Ha visto usted resultados?

O es acaso que como afirmé en párrafos anteriores, reza el dicho “nadie es profeta en su propia tierra”.

Mucho se ha hablado a cerca de que los jóvenes somos el futuro del país, del estado, del municipio. Mucho más se ha dilucidado con respecto a los apoyos que estudiantes y empresarios reciben para la que la relación laboral sea óptima en condiciones y remuneración.

Pero, ¿de qué sirve? ¿De qué sirve brindar apoyos educativos a estudiantes, si la realidad laboral es distinta a la planteada? ¿De qué sirve que empresarios reciban apoyos y capacitación constante para el desarrollo de sus empresas, si al mismo tiempo merman y cortan de tajo las ilusiones de los jóvenes estudiantes y egresados de las distintas carreras que se ofrecen en nuestras universidades e instituciones públicas o privadas? ¿De qué me sirve haber pasado 4 años en una licenciatura, 2 años más en otra, haber laborado en un corporativo, haber estudiado y ejercido en el extranjero, haber trabajado en 3 estados diferentes de mi país, si cuando busco empleo en mi estado 9 de cada 10 empresarios no tienen la más remota idea de lo que significa mi profesión? ¿Cuántos jóvenes como yo existen en mi municipio, mi estado, mi país?

Creo que desde hace dos sexenios, es momento de preocuparnos más por que los empresarios entiendan esta postura. Tenemos que dejar de generar programas y ocuparnos en que se apliquen de manera eficaz, los programas son sólo eso, programas y como tales se quedan en el tintero, nunca llegan más allá. Es tiempo de entender que los jóvenes estamos poniendo de nuestra parte; yo estudié y trabajé, si bien no fui un alumno excelente por lo menos me la rifé y llegue lejos; sé que como yo hay cientos de miles en mi México. Hablamos de una economía con opciones para jóvenes, una economía donde la mayoría de los jóvenes no tienen cabida, donde los únicos jóvenes que cuentan son los hijos de empresarios o funcionarios públicos. Vivimos en una economía rezagada, así es, rezagada en oportunidades para jóvenes que terminan una carrera. ¿Qué ironía, no? Hace cuánto que escuchamos que las cosas cambiarían y al día de hoy la situación sigue igual.

Es tiempo de educar a los empresarios, los jóvenes estamos en eso… ¿Qué esperan los empresarios?

He decidido no revisar la sintaxis, redacción, articulación, claridad y demás en este ensayo, puesto que temo que pierda su esencia como tal. Temo que usted como lector no entienda mi sentir y por lo mismo trato de decir exactamente lo que pienso y siento en este preciso instante.

No pretendo que esté de acuerdo conmigo en todo lo que aquí he escrito pero si habré de confesarle que espero que mis palabras hagan eco en su ser, si algo de lo aquí expuesto suena coherente y razonable le suplico que por un momento piense lo siguiente:
¿Es usted empresario?
¿Conoce usted a un joven como yo?
¿Es usted un joven como yo?

Espero equivocarme, pero si el documento que tiene usted en sus manos es tan sólo “uno de tantos” y por tal motivo pasaré a sólo ser un participante más de la lista, entonces habrán sido en vano tantos años de estudio y sacrificio constante, así como han sido en vano los esfuerzos de todos mis compañeros y demás estudiantes a lo largo y ancho de mi país. Lo peor, es que usted también será parte de los que creyeron que los jóvenes somos el futuro de nuestro país, pero no hizo nada para que fuera realidad. No me mal entienda, no lo culpo. Pero si me equivoco, cuente con mis manos para cambiar a mi municipio, a mi estado a mi país; he comenzado a cambiar mi forma de pensar, de actuar y de guiar a quienes vienen detrás de mí. Cuente con mi esfuerzo contante para sacar adelante a mi gente.

Tengo fe en que usted no es “un lector más”. La pregunta es, ¿usted está convencido de lo anterior?

Gracias y hasta pronto.

3 comentarios:

  1. MI ESTIMADO Y AHORA MAS RESPETABLE QUE NUNCA, ALEX CERVERA:

    Con mucho gusto, el dia de hoy he tenido la gran oportunidad de ver reflejadas TODAS y cada una de las palabras que en su debido momento, siendo un poquito mayor que tù.. sòlo por dìas... no tuve la oportunidad de mencionar y exponer de la forma que estos tiempos te permiten con el alcance y desarrollo de la tecnologìa y los medios de comunicaciòn.
    Quiero Felicitarte porque para mì, este documento es màs que eso... es una denuncia de las realidades y carencias que nuestro entorno tiene para todos nosotros quienes un dia salimos motivados, ilusionados, decididos y aventurados a tratar de conquistar lo que en nuestras carreras nuestros queridos y bien intencionados profesores nos decribieron como la gama inmensa de posibilidades de èxito, (mundo real).

    Hoy por hoy, mi querido amigo... somos fruto de muchos, pero muchos errores de planeaciòn, de educaciòn, de preparaciòn y sobretodo del SUB DESARROLLO que por años y años ha absorbido a nuestra querida tierra, somos un fruto que se diò en la temporada menos indicada, que su perfil y desarrollo estaban muy por encima de las oportunidades y reales expectativas que el edo tenia preparados para nosotros....

    El dia de hoy, has tenido una de las màs brillantes ideas que se han podido plasmar en estos mal usados medios de comunicaciòn entre los jovenes de hoy, te felicito y de todo corazòn deseo que estas lineas que has escrito con tanta VERDAD en cada letra y en cada pàrrafo, les abra la conciencia a muchas, muchas gentes y "NEO EMPRESARIOS " supuestamente muy abiertos a toda clase de nuevas corrientes y a las oportunidades a los jòvenes.

    El dia de hoy te reitero mi apoyo incondicional a lo que has plasmado y mi solidaridad integra a que cuando en mis manos estè, poder darle esta misma oportunidad que mi generaciòn y la tuya han peleado y denunciado a los jòvenes que vienen con el mismo impetu y ganas cada dia.

    saludos de corazòn.

    Atte

    Laet. Fernando Blanquet Fuentes.

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  2. Hola mi estimado Alex(Negro), para los que te apreciamos y valoramos tu amistad, me deja gratamente sorprendido, la forma tan clara en que plasmaste tu sentir, sobre la forma equivoca en que la mayoria de los empresarios tienen concebida la labor de un licenciado en mercadotenia, no es por justificar pero creo que mucho de esa equivocación se debe a su falta de preparación, que tú al igual que sientos de jóvenes emprendedores si lo estan haciendo, recuerda que vivimos en un Estado muy bello, lleno de genta amable, pero también es uno de los estados donde no se ha detonado la economía, donde la mayoría depende de trabajar en el gobierno o dependencias públicas, desde mi humilde punto de vista este problema rádica principalmente en la falta de educación y preparación, tenemos un nivel muy bajo en conocimientos y en lectura ni se diga, pero tú ya estas haciendo un cambio y eso es lo que vale, gente como tú que no quiere ser del mónton y que su estado no sea el mismo.
    Te felicito Alex, porque tomaste una muy buena decisión y tomarla es lo más dificil, no te quedaras con el hubiera, sigue adelante, que no decaiga el animo y sabes que gente como tú siempre tendra cabida en muchas organizaciones o mejor aun, tendra su propia organización.
    Que estes bien Alex, y seguimos apoyandonos como hasta ahora.
    Sinceramente
    C.P. Raúl

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  3. hola alex, laverdad yo te sugiero que no sigas estropeando tu cerebro, elpensar no se te da, ya estas grande y alcansas el timbre.. anonimo... y osi.. tambien

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