diciembre 27, 2009
ADIOS AL 2009, HOLA AL 2010.
Por más que estas fechas impongan un ánimo positivo y esperanzador, todo lo ocurrido en 2009 no trae muchas esperanzas para pensar que este 2010 que nace será mejor que el año que se nos fue.
Como han ido las cosas, los mexicanos no podemos esperar del nuevo año estabilidad, crecimiento y empleo; en fin, podremos contar con que no habrá nuevas oportunidades de crecer, mejorar nuestra calidad de vida o tener un país más próspero y justo. ¿Por qué? Pues porque desde hace 15 años en el gobierno y en la sociedad se dejó de pensar en grande, y la mediocridad se apoderó de cada rincón y sector del país.
La administración de Ernesto Zedillo dio paso a la alternancia en el gobierno, pero la llegada de Vicente Fox y el PAN al gobierno sin duda fue la materialización del cambio y la salida del PRI de Los Pinos. Pero el cambio no fue para mejorar. Los últimos nueve años, políticos, corrientes y partidos no han traído nada nuevo ni bueno a México; los hombres del poder protagonizan a la fecha una disputa sin fin en la que el único objetivo es el poder y el control de los recursos del gobierno, mientras en las calles el Ejército y la Marina se baten a balazos con los cárteles del narcotráfico.
No se ve que en 2010 las cosas vayan a cambiar; el próximo año habrá una catarata de elecciones locales y se renovarán gubernaturas, en lo que podemos ya definir como la antesala de la elección presidencial de 2012. Los partidos protagonizarán de nuevo una cruenta lucha que no tendrá como ejes los principios, la ideología o la búsqueda del bienestar de los mexicanos, sino simple y llanamente tratar de obtener el control del mayor número de estados posibles para tener recursos presupuestales a disposición para influir en las próximas elecciones presidenciales.
Y sin duda lo mismo ocurrirá con las reformas política y hacendaria, que en lugar de plantear un nuevo sistema político-electoral más confiable y una estructura fiscal mucho más eficiente, se perfilan ya como otra parte del botín por el que durante una década PRI, PAN y PRD han peleado sin importarles el daño que han hecho al país.
Por lo que se ve, en 2010, el año del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución, México se quedará de nueva cuenta en espera de justicia y bienestar.
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