diciembre 31, 2009

LA NUEVA TRAVESURA DE GRUPO SALINAS.



Dos acontecimientos que deben ser vistos como parte del mismo contexto se produjeron en la última quincena de 2009. El 14 de diciembre la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) anunció mediante un comunicado que el sistema de televisión digital HiTv, que opera Tv Azteca, no es ilegal (meses antes la Cofetel había dicho lo contrario) y, por lo tanto, la empresa puede continuar utilizándolo. Un día después, la propia Cofetel solicitó a la Secretaría de Economía que emita una nueva Norma Oficial Mexicana con el fin de que ya no se produzcan en nuestro país, ni se importen, televisores que sólo tengan sintonía analógica; es decir, que en adelante sólo se fabriquen o se introduzcan aparatos con sintonía digital para acelerar el proceso de transición hacia esa tecnología.

La Cofetel busca acortar el plazo para el “apagón analógico” en México, originalmente planeado para 2021 (Estados Unidos ya lo llevó a cabo este año, lo cual dice mucho de nuestro atraso), pero el problema es que busca hacerlo sin apego a la legislación vigente y sin respetar decisiones que antes tomó.


Como se recuerda, HiTv es un sistema que en febrero de este año empezó a ser comercializado por Tv Azteca y consiste en la venta de un convertidor que permite captar señales de tv digital, el cual se vende por dos mil pesos en las tiendas Elektra, propiedad del grupo Salinas, además de Wal Mart y Bodegas Aurrerá; mediante ese convertidor es posible captar 20 canales de tv digital en señal abierta, aunque ahora se ofrecen sólo 16: los cuatro de Televisa, los tres que opera Azteca, el 22, el 28, cinco adicionales armados por la “televisora del Ajusco” (películas, deportes, música, caricaturas y telenovelas) y uno para ver horarios y programación. Todo esto se hace por vía aérea, utilizando los “canales espejo” que Azteca emplea para transmitir señal digital; no obstante, al hacerlo la empresa de Ricardo Salinas Pliego se aparta de la ley, pues las concesiones de los canales que opera (7, 13 y 40) no le autorizan a transmitir señales “multiplexadas”; es decir, a difundir varios canales a través de una misma frecuencia.

En mayo de 2009, el pleno de la Cofetel consideró que la operación de HiTv implicaba violaciones a la Ley Federal de Radio y Televisión, por prestar sin permiso servicios distintos a los autorizados en su título de concesión, y al Acuerdo para la Transición a la Televisión Digital Terrestre publicado por el gobierno en julio de 2004; debido a ello iniciaría “procedimientos administrativos para la posible imposición de sanciones a Televisión Azteca por la comercialización de servicios de televisión que no tiene autorizados”.


Unos meses después, la Cofetel se desdijo de su diagnóstico y el 14 de diciembre resolvió que “el empleo del dispositivo Hi-Tv y las transmisiones digitales simultáneas de la programación transmitida por sus respectivos canales analógicos en los canales digitales adicionales por parte de Televisión Azteca no constituyen violaciones a… la Ley Federal de Radio y Televisión; (ni al) Acuerdo por el que se adopta el estándar tecnológico de televisión digital terrestre y se establece la política para la transición a la televisión digital terrestre en México”. Según la Cofetel, Tv Azteca tampoco contraviene lo dispuesto en su título de concesión, por lo que la operación de HiTv es “legal y legítima”.

¿Por qué el cambiazo? Es probable que ante el evidente atraso de México en materia de televisión y radio digitales (en radio ni siquiera se ha definido el estándar tecnológico a utilizar), la Cofetel haya decidido apoyarse en las dos grandes televisoras (de manera inmediata en Tv Azteca) para estimular el tránsito hacia la digitalización. Al autorizar la operación de HiTv se abre la puerta para que Televisa y eventualmente otras empresas de televisión abierta con “canales espejo” hagan algo similar. El razonamiento de la Cofetel parecería ser el siguiente: al abrir la competencia en el ámbito de la televisión digital “multiplexada” se intensificará la compra de aparatos receptores de ese tipo, se acelerará la transición digital y, por consiguiente, el momento del apagón analógico. La petición a la Secretaría de Economía para que ya no se fabriquen ni importen aparatos analógicos complementaría tal razonamiento.

El problema es que se estaría abriendo un nuevo ámbito de operación televisiva al margen de la legislación vigente. Claro, en México siempre queda el recurso de “adaptar la ley” a lo que una empresa poderosa hizo “por la libre”, en desafío a ella, como Tv Azteca en el caso de HiTv. Así, con improvisación y otorgando carácter legal a acciones de facto avanzamos hacia la digitalización.

diciembre 29, 2009

EL OMBLIGO DEL MUNDO, NO ES GAY.



Anoche, después de una acalorada charla con los familiares de mi novia, decidí profundizar a cerca del tema de la liberación sexual existente en nuestros días y que más que otra cosa, tan sólo es una nube de humo para que los diputados legislen a cerca del alza de los precios de la canasta básica en nuestro queridísimo México. Muy a pesar del hecho de que todo mundo opina, dice y declina a favor o encontra de la propuesta de legalizar los matrimonios homosexuales (o mas fashion "gays"), he de decirles que tengo muchísimos amigos homosexuales y que no estoy ni a favor ni encontra, pero emito mi crítica marginal basada en la posición de la ciudad cosmopolita por excelencia, Nueva York.

Nueva York sigue siendo el ombligo del mundo. Incluso en tiempos de profunda crisis, la construcción y el consumo están en su apogeo. Como siempre, parecería que, como en las canciones de Sinatra, todo mundo quiere estar en Nueva York. Y no es casualidad. Aquí, los lugares comunes tienen razón de ser. Es una ciudad vibrante como pocas, cuna de movimientos sociales y artísticos, culta hasta el tuétano. Y liberal: los neoyorquinos han votado por el candidato demócrata en siete de las últimas diez elecciones.

Pero este carácter vibrante, esta obsesión con la “vanguardia social” que ha caracterizado a la ciudad de Capote y Warhol, tiene un límite. En Nueva York, por ejemplo, los homosexuales no pueden contraer matrimonio. A principios de diciembre, el Senado estatal rechazó, con cierta holgura, la propuesta de legalizar el matrimonio gay. A pesar de los esfuerzos de los demócratas locales y hasta del alcalde neoyorquino, el millonario Michael Bloomberg, los senadores en ésta, la región más progresista de Estados Unidos, decidieron cerrarle la puerta a la igualdad.

En Estados Unidos, sólo cuatro estados reconocen y permiten la celebración de matrimonios homosexuales: Massachusetts, Connecticut, Nueva Hampshire y Iowa, que aprobó el derecho a pesar de ser un estado conservador. California, que hasta hace un año era la quinta entidad en permitir el casamiento entre parejas del mismo sexo, cambió de parecer, mediante un ejercicio de democracia directa, en el 2008. El fenómeno ofrece varias lecturas. La primera es política. A pesar de que la minoría conservadora perdió fuerza en las últimas elecciones presidenciales, su capacidad de organización sigue siendo notable. Barack Obama mismo no se ha atrevido a contrariar a los votantes de derecha (al menos en público, Obama dice no aprobar del matrimonio entre homosexuales). Pero hay otra perspectiva que vale la pena tomar en cuenta. El caso de California, donde fue el electorado y no el cuerpo legislativo quien descartó la posibilidad, revela una variable inquietante: en la mayor parte de Estados Unidos, el derecho de los homosexuales a contraer matrimonio (y no se diga a adoptar) no es una medida que apoyaría la mayor parte de la sociedad. En abril de 2009, una encuesta de CBS News reveló que sólo una tercera parte de los estadunidenses favorecen el derecho de los homosexuales a contraer matrimonio. El asunto, en suma, es complejo.


Por eso es notable lo ocurrido en la Ciudad de México. Aunque existen pocas encuestas al respecto, todo parece indicar que la opinión pública en la capital mexicana aprueba por una ligera mayoría el matrimonio homosexual. La adopción es, en general, otro boleto. En la encuesta que María de las Heras hizo pública hace unas semanas, sólo 29% de los capitalinos dijo estar de acuerdo con ese derecho en particular. Así, por políticamente peligroso, aprobar el derecho homosexual al matrimonio y a la adopción es una decisión particularmente loable. La mayoría perredista en la Asamblea local ha decidido ir en contra, en el primer caso, de la mitad de la población y de la franca mayoría en el segundo. Y lo ha hecho, supongo, porque considera que un país moderno (cuando menos una ciudad moderna)no puede darse el lujo de seguir negándole un derecho fundamental a una minoría, sobre todo cuando los argumentos en contra no pasan del dogma o la más burda ignorancia. Asegurar, por ejemplo, que un hijo adoptado por una pareja del mismo sexo tendrá más posibilidades de resultar homosexual (o de cualquier otra cosa) es pasar por alto las últimas tres décadas de estudios pediátricos.

Pero nada de esto quiere decir que la valentía perredista no tendrá costos. Los legisladores en Nueva York optaron por darle la espalda a los derechos homosexuales porque sabían de las consecuencias políticas de sus actos. Habrá que ver cómo responden las partes agraviadas por la decisión intrépida y pionera de la Asamblea capitalina. La estridencia eclesiástica es lo de menos. En la política, lo que importa es el veredicto del votante. Usted, por ejemplo, podría empezar por preguntarse: ¿sería más o menos probable que votara por un partido que respaldó con tal vehemencia la legalización del matrimonio homosexual y la adopción? El PAN, por lo pronto, ya le apuesta media vida a esa respuesta.

Yo por eso, ya no se ni que hacer... Creame amigo lector, ya estoy pensando en poner el arbolito de la Manzana de Newton en multicolor arcoiris... ¿Usted, qué opina?

diciembre 28, 2009

PROPÓSITOS 2010, UTOPÍA O FALTA DE VOLUNTAD.




El hecho de confeccionar una lista de propósitos para el año nuevo se deriva, con el perdón de ustedes, de la irremediable incapacidad que tenemos para hacer las cosas. Todas y cada una de las intenciones formuladas en esa lista anual de virtudes (digo, nadie se propone ser peor sino, por el contrario, acercarse cada vez más a un presunto estado de perfección) vienen siendo un implacable recordatorio de nuestra consustancial ineptitud. Deseamos, por ejemplo, ser más responsables y más disciplinados y más ordenados, entre otras cualidades apetecibles, pero resulta, señoras y señores, que no podemos con la encomienda.

Veamos, si no, el apartado concerniente al mantenimiento del cuerpo, es decir, todo aquello que tiene que ver con el ejercicio diario, el control del peso y la salud en general. Es muy poca la gente que tiene la constancia de acudir todos los días al gimnasio o de someterse a un régimen de pocas calorías. Más bien, somos una nación de gordos insanos, tragones compulsivos y tripudos sedentarios. Y así, el deseo de perder los kilos que hemos subido en estas semanas puede tal vez trasmutarse en una acción tan decisiva como inscribirse a unos cursos de yoga en enero y contratar los servicios de la infaltable nutrióloga pero al final, luego de algunas semanas y cuando el tema comience a ser cada vez más fastidioso, dejaremos de seguir las instrucciones de la especialista y ya no nos levantaremos más temprano para estirar la musculatura.

Los individuos de especie humana libramos una lucha permanente entre dos impulsos: la gratificación y el esfuerzo. La mayoría de nosotros hemos logrado cierto equilibrio y llevamos de tal manera una existencia de razonable corrección. Quedan, sin embargo, muchos pendientes: sabemos, en el fondo, que no somos los mejores y que tampoco hacemos lo que realmente podríamos hacer. Y así, cada año que pasa, esbozamos una especie de proyecto de regeneración total. En lo personal (y conociendo mis persistentes limitaciones) me doy por satisfecho con alcanzar un mínimo porcentaje de los logros programados. El realismo es mi único consuelo.

Está cañón, ¿no?

diciembre 27, 2009

ADIOS AL 2009, HOLA AL 2010.



Por más que estas fechas impongan un ánimo positivo y esperanzador, todo lo ocurrido en 2009 no trae muchas esperanzas para pensar que este 2010 que nace será mejor que el año que se nos fue.

Como han ido las cosas, los mexicanos no podemos esperar del nuevo año estabilidad, crecimiento y empleo; en fin, podremos contar con que no habrá nuevas oportunidades de crecer, mejorar nuestra calidad de vida o tener un país más próspero y justo. ¿Por qué? Pues porque desde hace 15 años en el gobierno y en la sociedad se dejó de pensar en grande, y la mediocridad se apoderó de cada rincón y sector del país.

La administración de Ernesto Zedillo dio paso a la alternancia en el gobierno, pero la llegada de Vicente Fox y el PAN al gobierno sin duda fue la materialización del cambio y la salida del PRI de Los Pinos. Pero el cambio no fue para mejorar. Los últimos nueve años, políticos, corrientes y partidos no han traído nada nuevo ni bueno a México; los hombres del poder protagonizan a la fecha una disputa sin fin en la que el único objetivo es el poder y el control de los recursos del gobierno, mientras en las calles el Ejército y la Marina se baten a balazos con los cárteles del narcotráfico.


No se ve que en 2010 las cosas vayan a cambiar; el próximo año habrá una catarata de elecciones locales y se renovarán gubernaturas, en lo que podemos ya definir como la antesala de la elección presidencial de 2012. Los partidos protagonizarán de nuevo una cruenta lucha que no tendrá como ejes los principios, la ideología o la búsqueda del bienestar de los mexicanos, sino simple y llanamente tratar de obtener el control del mayor número de estados posibles para tener recursos presupuestales a disposición para influir en las próximas elecciones presidenciales.

Y sin duda lo mismo ocurrirá con las reformas política y hacendaria, que en lugar de plantear un nuevo sistema político-electoral más confiable y una estructura fiscal mucho más eficiente, se perfilan ya como otra parte del botín por el que durante una década PRI, PAN y PRD han peleado sin importarles el daño que han hecho al país.

Por lo que se ve, en 2010, el año del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución, México se quedará de nueva cuenta en espera de justicia y bienestar.

diciembre 26, 2009

BMV, AIRES DE UNA RECUPERACIÓN.



La Bolsa Mexicana de Valores cierra el año adelantándose a la recuperación económica prevista para 2010, superando las pérdidas de 2008 y con el reto de demostrar que puede ser un instrumento de financiamiento de proyectos considerados como de alto riesgo.

Analistas del sector privado estiman que la economía mexicana caería al cierre de este año 7.2 por ciento, mientras que el mercado bursátil mexicano concluiría con una ganancia de 46 por ciento, acercándose a su nivel histórico de 32 mil 836 puntos, alcanzado en octubre de 2007.

A decir del subdirector de Estrategia Bursátil de Ixe Grupo Financiero, Carlos González Tabares, así como la plaza accionaria mexicana reaccionó de inmediato a la caída de Estados Unidos, la recuperación también fue impulsada por el comportamiento al alza de aquella economía. El año pasado terminó con una fuerte crisis, con una caída en la mayoría de los indicadores económicos, un incremento en tasas de desempleo y con muchos estímulos económicos alrededor del mundo, pero sin que empezaran a dar resultados, explicó.

Al cierre de 2008, luego de estallar las subprime que derivó en una crisis financiera y económica a nivel global, la BMV cayó 24.2 por ciento. Al arrancar 2009, refirió, los estímulos económicos comenzaron a dar resultados, programas que ante una crisis que parecía sin fin empezaron a crear cierta estabilidad, y los mercados a premiarla, adelantándose a una eventual recuperación.

"Vimos los mínimos en los mercados de los últimos años sobre marzo, y a partir de ahí empezamos a ver una recuperación basada en signos de recuperación, incluso más en Estados Unidos que en la parte local" manifestó.

Al final, dijo, "así como fuimos uno de los mercados más afectados por la crisis que se origina en Estados Unidos, el que éste mismo país empezara a ver signos de estabilidad y después de recuperación, hizo que también el mercado se viera beneficiado en este sentido e iniciáramos la recuperación".

Para González Tabares también es relevante el tema de la contingencia sanitaria, ante la que las empresas más grandes que forman parte de la BMV, y particularmente del IPC, no se vieron tan afectadas como mostraban los signos de debilidad económica.

"Mientras la economía cayó prácticamente 10 por ciento, las empresas más importantes de la bolsa tuvieron descensos moderados, de alrededor de 1.0 y 2.0 por ciento", destacó.

Este comportamiento también mostró que las empresas en México tienen capacidad de reacción, economías de escala, capacidad de financiamiento, logrando que el IPC se diferenciara del resto de la economía. El especialista también destacó el comportamiento del mercado bursátil mexicano en los temas de reforma fiscal y de la revisión a la baja en las calificaciones de la deuda soberana de México, ambos descontados con anticipación evitando una fuerte caída.

Refirió que a partir de la crisis se tuvo una disminución muy importante en la liquidez, ante lo cual el gobierno impulsó medidas para que las afores invirtieran en acciones locales durante 2009 y eso soportó el mercado local. El gobierno se preocupó por el sector de infraestructura, ya que es uno de los que genera más empleos, es políticamente más estable, tiene mayor dinamismo y abarca diversas ramas industriales. Para impulsar este sector se crearon los Certificados de Capital de Desarrollo (CKDes), un instrumento dirigido a los inversionistas institucionales, y que comienzan a cotizar a finales de año en el mercado mexicano, así que todavía es bastante joven la etapa, señaló. Hasta la fecha se han hecho tres colocaciones bajo este instrumento, por un total de ocho mil 460 millones de pesos.

También se robusteció el IPC, pues a partir de este año las emisoras se ponderaran por su nivel de liquidez y no por su tamaño, añadió.

En este año destacaron empresas como la Comercial Mexicana, con 270 por ciento; Gruma, con 238; LAB, con 208 y Grupo Famsa con 205 por ciento en liquidez.

De las más grandes estuvo Grupo México con 243 por ciento, Peñoles con 74, Walmart con 57.7, América Móvil con 44.8 por ciento y Cemex que llegó a 21.8 por ciento.

LOS 15 LIBROS DEL 2009.



Invitado por un amigo a elaborar para su espacio en radio la lista de los quince libros más importantes del año que finaliza, comprendí de inmediato que este ejercicio electivo me haría padecer diversas dudas, temores y hasta remordimientos. Sabía que no hay cosa más arbitraria que la enumeración de nuestras preferencias, pues incluso muchas de éstas pueden quedar fuera cuando las acotamos.

En un universo editorial poblado por miles de textos, darse a la tarea de definir quince como los mejores o los más importantes resulta francamente temerario. Pero junto con la restricción y sus culposos sentimientos de exclusión, surge la oportunidad, grata y placentera, de poder justificar así sea brevemente por qué he pensado en estos libros y no en otros. Y aquí va mi arriesgada lista, para quien no la haya oido en radio, con algunos comentarios e información adicionales.

1.Como la lluvia, José Emilio Pacheco, Editorial Era. No son tal vez los mejores poemas de Pacheco, pero sí los más recientes (los elaborados entre 2001 y 2008) y los que confirman el extraordinario oficio de nuestro mayor poeta vivo. Del multipremiado autor que celebró este año su setenta aniversario, también fue publicada La edad de las tinieblas, una obra en la que nos presenta sus inquietudes más íntimas frente a un mundo que parece oscilar entre el colapso y las sombras.

2.Calle de las tiendas oscuras, Patrick Mediano, Editorial Anagrama. Un gran autor francés que merece poder brindar a los lectores mexicanos la sorpresa de conocerlo. Con esta obra ganó el Goncourt, pero se ha tardado en llegar al español. Ahora, como si fuéramos su amnésico personaje, encontraremos en su obra el déjà vu de un auténtico magisterio literario.

3.Sennin, Ryunosuke Akutagawa, Editorial Nostra. Alguna vez, cuando obtuvo el 14 Premio Internacional de Libro Ilustrado Infantil y Juvenil otorgado por la Dirección General de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, lo comenté en este espacio. Fue editado en este formato “para niños”, pero la verdad es que es una obra mayor —y para mayores— de la literatura fantástica de todos los tiempos.

4.En tierras bajas, Herta Müller, editorial Siruela. Lo dicho: la Nobel de Literatura está siendo apenas conocida en México a través principalmente de las reediciones que Siruela ha hecho a lo largo del año. En tierras bajas es algo de lo más representativo de su trabajo narrativo y la proa de una nave que incluye ya La piel del Zorro, El hombre es un gran faisán en el mundo y La bestia del corazón.

5.Gabriel García Márquez: una vida, de Gerald Martin. Editorial Debate. Uno de los textos biográficos más exhaustivos y relevantes del periodo en torno del Premio Nobel colombiano. Y como era de esperarse (aunque el libro no la prometía), la polémica no se ha hecho esperar, especialmente entre quienes, como Enrique Krauze, no han dejado de ver en García Márquez a un escritor complaciente con (y favorecido por) la dictadura de Fidel Castro.

6. El día D, Anthony Beevor, Editorial Crítica. Atrincherados, aguardamos durante meses la llegada de este gigante de la exposición histórica que es Beevor. Leerlo es introducirnos en el corazón mismo de uno de los operativos militares más elaborados e impactantes del siglo XX.

7.Artículos en The New Yorker, George Steiner, Coedición FCE-Siruela. Una deslumbrante selección de algunos de los comentarios hechos por Steiner a lo largo de 30 años al famoso semanario norteamericano. Pura lucidez crítica en un volumen imperdible.

8.El desencanto, José Woldenberg, Editorial Cal y Arena. En México nos hacía falta una obra que reconstruyera críticamente la trayectoria de la izquierda mexicana y nos pusiera con los ojos bien abiertos ante sus fracasos y miserias. Eso, ni más ni menos, es lo que ha conseguido Woldenberg con este relato que no hace concesiones a la ilusión de “un mundo mejor” que se prepara desde las peores prácticas políticas.

9.Romanticismo. Una odisea del espíritu alemán, Rüdiger Safranski, Editorial Tusquets. Didáctica y profunda a la vez, esta obra constituye el acercamiento más completo que podemos tener al paisaje intelectual y sensible que encarnó en el romanticismo.

10.Historia de mi vida, Giacomo Casanova, Editorial Atalanta. Otra de las grandes promesas cumplidas de este año: la vida de un hombre que más que seducir mujeres sedujo a toda una época. Una narración fascinante a cargo del mismísimo Casanova.

11.Nos acompañan los muertos, Rafael Pérez Gay, Editorial Planeta. El más entrañable recuento de la vida familiar en medio de un país dividido y la mejor muestra del talento narrativo de Pérez Gay, quien sabe que tras toda gran literatura está la vida misma.

12. México: fotografía y Revolución, investigación y edición de Miguel Ángel Berumen, Fundación Televisa. La Revolución mexicana como no la habíamos visto nunca, en una edición maravillosa digna de los mejores coffee table books.

13.Sombras detrás de la ventana, Eduardo Antonio Parra, Editorial Era. Los cuentos aquí reunidos no son una novedad, pero debe vérselos como un recordatorio indispensable (en tiempos de tanto cambalache y pobreza narrativa) de buen quehacer literario.

14. Los orígenes del poder en Mesoamérica, Enrique Florescano, Editorial FCE. La configuración de los primeros estados vista en toda su complejidad, por uno de los estudiosos más serios del tema.

15. Cartas, Joseph Roth, Editorial Acantilado. El escritor por excelencia del Imperio Austrohúngaro, retratado a través de su correspondencia con amigos y figuras de un tiempo cuya huella espiritual perdura hasta nuestros días.

¿Leiste, o no leiste este año?

2010, UN AÑO PARA EL OPTIMISMO.


No soy experto en economía (como se habrá dado cuenta cualquier lector habitual de este blog), y cuando le comento a quien se deja que el próximo año será mejor que el que estamos dejando atrás, se trata más de un acto de fe y esperanza que de verdadera certeza.

Nikito Nipongo (el inolvidable creador de aquellas “Perlas japonesas” que tanto bien nos harían en estos tiempos) solía decir cada fin de año a sus lectores, a manera de antifelicitación, algo más o menos parecido a esto: “No se preocupe porque este fue un mal año, el siguiente va a ser peor”. Sin embargo, ¿podrá haber 12 meses más horripilantes que los que acabamos de atravesar, cual balsita cubana en medio de un huracán caribeño?

Por eso, cuando peco de optimista con aquello de que 2010 será al menos un poco mejor que 2009, lo hago bajo la creencia caritativa de que al mundo, pero sobre todo a México, ya no les puede ir peor…, ¿o sí?

Digo, de enero pasado a este diciembre que se diluye, a los mexicanos nos fue como en feria (¿para qué hacer un resumen de fatalidades si todos las vivimos, si todos las sufrimos?). La cuestión es si seremos capaces de no repetir el numerito o si de plano estamos tan mal que volveremos a tropezar una y otra vez con la misma piedra, mientras el resto del mundo se levanta de la crisis y se nos escapa alegremente.

Por desgracia, con la clase política que padecemos no parecería haber muchas razones para imaginar un 2010 de franca recuperación. Experta en meterse el pie y autosabotearse, fanática religiosa de los artríticos dogmas emanados de la historia oficial (y peor: en pleno año del bicentenario), dicha clase difícilmente hará algo por sacarnos del hoyo y es capaz hasta de sumirnos más en tan ignominioso agujero.

Con todo, sigo creyendo (ese es el verbo preciso) que el año que inicia dentro de exactos seis días puede ser un poquito menos peor que 2009. Esa es mi manera de desear a ustedes, queridos lectores, un feliz 2010. Vamos a transitarlo juntos y a ver de a cómo nos toca, ¿va?