noviembre 03, 2011

ELBA VA CON PEÑA... Y EL EZLN CON LOS ZETAS...

No se hagan bolas. El voto de Elba Esther Gordillo está amarrado. La mítica maestra va con Enrique Peña Nieto en 2012. Lo hemos sostenido durante meses. Es una cuestión de sobrevivencia. El priista es puntero, por mucho, en las preferencias electorales. Voltear hacia otro lado le resultaría riesgoso.

Las posibilidades de Marcelo Ebrard, su “plan A”, son casi nulas. No las trae consigo, a pesar de que López Obrador le ha dejado cancha libre en estos últimos días. El jefe de Gobierno podría quedar muy pronto fuera de la contienda por la candidatura presidencial única de la izquierda. Las encuestas que conocemos no le favorecen. Las que mandaron hacer para decidir quién va (Covarrubias y Nodo) darán sus resultados el 15 de noviembre.

Peor aún. Las cosas no andan bien con Felipe Calderón. Sabemos que el Presidente de la República ya reprochó a la sindicalista su cercanía con el ex gobernador mexiquense. Pero ella hace alianzas por sexenio. No se compromete más allá. Y el plazo ya se cumplió

En Nueva Alianza le quieren “tapar el ojo al macho”. El presidente de ornato que tiene el Panal, Luis Castro, niega que ya esté pactada una alianza con el PRI, a pesar de que Humberto Moreira cantó los “avances” que hay en las negociaciones. Por si quedara duda, la alianza del tricolor con el partido de Elba fue avalada, no sólo por Peña Nieto, sino por el mismísimo Manlio Fabio Beltrones, otrora su feroz adversario. ¿Aún tiene dudas?

A Ernesto Cordero le falta un Juan Camilo Mouriño. En su equipo de campaña no hay estratega que juegue un papel preponderante en la toma de decisiones, como en su tiempo lo hizo el fallecido campechano con Felipe Calderón.

Tres hombres mueven el pandero en esa campaña: Rogelio Carvajal, ex secretario general del PAN; Max Cortázar, otrora vocero de la Presidencia de la República, y Moisés Calderón, ex diputado federal. Pero hasta ahora no hay grandes resultados.

Cordero no sube en las encuestas ni con todo el aparato de gobierno volcado a su favor. Consulta Mitofsky —la que más alto lo ubica de todas las que se han realizado en vivienda— lo sitúa con 10% en las preferencias electorales. Pero hay una que se desfasa: GCE. Le otorga 19%, sólo que es telefónica. Aun en esa va en tercer lugar: 51% Josefina y 21% Creel.

Por cierto que los corderistas respondieron raudos al apodo de El Chavo del Ocho que el vocero del PRI, David Penchyna, le puso al ex secretario de Hacienda porque, según dijo, no pasa del 8% en ninguna encuesta.

“Hay que mandarle (a Penchyna) la encuesta de Gabinete y Comunicación Estratégica. Trae a Ernesto con 19 por ciento. Ya es el chavo del 19 y se va a convertir en el señor de los cuarentas”, nos dice uno de los panistas que firmaron la carta de apoyo a Ernesto.

A Santiago Creel, mejor ubicado en las encuestas que el delfín calderonista, le ha hecho daño la percepción de que nada tiene que hacer en la campaña interna del PAN. Su equipo no ha logrado encontrar el antídoto que neutralice la idea de que la final, en el proceso interno, es entre Josefina y Cordero.

El visible apoyo del presidente Calderón al ex secretario de Hacienda y la subida de Vázquez Mota en los sondeos alimentan esa percepción.

Pero el panorama para el senador con licencia no es tan malo como se dice. En dos de cuatro encuestas —realizadas por Excélsior, El Universal, Mitofsky e Isa— está a la cabeza. En el promedio de esas cuatro, sin embargo, Josefina está arriba por cuatro puntos (39-35). “Muy estables las cuatro encuestas con Cordero y Creel, pero la variación sobre Josefina es mucha”, nos comentó Roy Campos, cabeza de Consulta Mitofsky.

Algunos profesionales del rumor echaron a andar la descabellada versión de que el EZLN está aliado con Los Zetas. La versión se apoya en supuestos testimonios de integrantes de la organización cristiana Ministerios Voz de los Mártires, que trabajan con los desplazados en ese estado. La versión —ya desmentida— agrega que los zapatistas protegen y guían en la selva del estado a integrantes del violento cártel, a cambio de armas y dinero.

“Son versiones sin sustento, provocadoras. No hay nada que tenga que ver con una alianza de ese tipo. Las comunidades zapatistas están dedicadas a su trabajo en condiciones humildes, pero muy dignas”, nos dijo Jaime Martínez Veloz, representante del gobierno de Chiapas ante la famosa Cocopa.

YA NACIÓ "LA 7 MIL MILLONES"

La Organización de las Naciones Unidas decidió que este 31 de octubre nacería el habitante siete mil millones. Una niña fue “la agraciada” y si nos atenemos a lo que pasó con el niño seis mil millones, su vida transcurrirá dentro de “la normalidad” en su país, Filipinas.

Por otra parte, debo decir que hay un hecho que considero más importante que el número de habitantes; aquél, evidente para quien esté medianamente informado de la situación demográfica que priva en el planeta, no es la sobrepoblación. Sería un absurdo que a nada conduciría —salvo a expresar una que otra tontería como ha sucedido estos días—, afirmar que ése es el problema demográfico central que debemos enfrentar hoy.

Centrarse en el aspecto numérico —sin duda, siete mil millones es una cantidad que impacta— nos llevaría, casi de inmediato, a no entender y en consecuencia, a no enfrentar y menos resolver el elemento que considero fundamental de los problemas demográficos actuales. Sí, por el contrario, a confundirnos y no ver la realidad objetivamente.

Si revisamos las cifras de la población mundial —desglosada por países y regiones—, nos daremos cuenta de que el problema de sobrepoblación está claramente ubicado en África y en algunos países del sur de Asia. En el resto del mundo, el problema es de otro tipo, no la sobrepoblación. Para comprobarlo, en caso de estar usted interesado, bastaría revisar las cifras de los países europeos, de la República Popular China y Japón y de buena parte de los países de América Latina.

En estos países —junto con muchos otros—, el problema radica más en la caída brutal del número de hijos por mujer en su periodo fértil —Tasa de Fecundidad— que en el número de habitantes; muchos de ellos, desde hace años, se encuentran por debajo de la Tasa de Reposición —2.1 hijos por mujer— lo cual, en conjunción con una mayor esperanza de vida, ha dado lugar a una nueva Transición Demográfica que conocemos como “Invierno Demográfico” o “Envejecimiento de la Población”.

Pocos niños y muchos viejos resumiría —de manera un tanto burda— esta nueva transición cuyos efectos —advertidos y sufridos desde hace decenios en no pocos países y en México, ya visibles— definirán lo que seremos en materia demográfica los próximos decenios.

Además, si nada hiciéremos para corregir lo que se ve venir, posiblemente no podríamos revertir la tendencia que ya se expresa en un número cada vez menor de hijos por mujer; es decir, en una Tasa de Fecundidad cada vez menor.

Los sistemas de pensiones, las instituciones de salud pública y el cambio significativo de la estructura de edades de la población escolar son, entre muchos otros, algunos de los problemas ya presentes en México.

Aquí, a principios de los años setenta, la proyección más optimista en cuanto al número de habitantes para 2000 estimó que seríamos 126.1 millones de mexicanos y la pesimista, 153. La realidad fue muy diferente; sólo fuimos 97.5 millones, 30 millones menos.

Para decirlo en palabras sencillas, “se nos pasó la mano” y lo peor, nada hicimos para corregir esta situación anómala en materia de política demográfica. Es más, parece que aún hoy no hay la menor intención de hacer algo; de seguir esto así dos decenios más —de aquí a 2030—, será casi imposible revertir la caída de la fecundidad.

¿Haremos algo hoy para evitar estar como muchos países que dejaron caer la fecundidad por debajo de la Tasa de Reposición? Todos los factores indican que no; bueno, nos vemos entonces en 2030.

DE LA BIG, LA COCA O LA PECSI...??

Una razón que explica –en buena medida– la pésima comunicación que hemos padecido en esta administración –y en las dos anteriores también– así como en ciertos casos muy concretos en el Banco de México, es la falta de dominio de temas críticos por parte de los funcionarios responsables, quienes, quizás con algunos conocimientos “por encimita” y lecturas mal digeridas, carecen de la capacidad para comunicar –clara y convincentemente– las posiciones, en este caso, de Hacienda.

Por otra parte, el desconocimiento del español por parte de los funcionarios de Hacienda Messmacher, Revilla, Kubli y Strauss es inaceptable; no es posible que una dependencia cuya importancia es central –más en las actuales condiciones– envíe a dar una conferencia de prensa a quienes no tienen la menor capacidad para transmitir un mensaje de manera clara.

Sus respuestas –confusas a preguntas igualmente confusas sin el menor sentido muchas de ellas–, deberían llevar al titular de esa Secretaría a remediar este problema porque, en las condiciones actuales de incertidumbre, una correcta y eficaz comunicación es fundamental.

Hay dos ejemplos recientes de lo que señalo; uno, la “Minuta Número 7 de la Reunión de la Junta de Gobierno de Banco de México”, y el otro, la versión estenográfica de la “Sesión de Preguntas y Respuestas en la Conferencia de Prensa sobre los Informes de la Situación Económica… al III Trimestre.”

En el primero, se hace mención en cuatro ocasiones de un concepto que conocen bien los especialistas en Teoría de Probabilidad –“un evento de cola”–. Si bien en la página 15 se da una definición no muy precisa, jamás se da alguna idea –por vaga que fuera– de cuál podría ser ese evento de cola que nos perjudicaría.

Por ello, tal “evento” queda en la penumbra y de nada sirve que el lector conozca el concepto porque, como digo, al no señalar dos o tres de esos posibles “eventos” –probabilísticamente hablando–, la utilidad de su mención es nula.

En el otro, la poca claridad de las respuestas hace casi imposible tomar una idea y transmitirla a los lectores, radioescuchas y televidentes; los funcionarios al frente hablan de manera tan confusa, utilizan una pésima sintaxis y tal rebuscamiento, que dan la impresión de que lo que hacen es intencional pues no es posible que alguien hable tan mal el español.

El más efectivo en esto de golpear el lenguaje, Messmacher, afirmó: “Desde el punto de vista de capitales de corto plazo y de la posibilidad de un evento de cola…” y ahí se quedó; en sus “respuestas”, no es posible adivinar qué es “un evento de cola” y menos encontrar ejemplos del mismo. ¿No hay alguien en Hacienda que corrija esto?

Dieron la impresión de que “el evento de cola” en el que pensaban fue una diarrea producto de los tacos de canasta acompañados de un refresco; ése sí, “de cola”. Esto es así porque, no se les ve mucho talento a los cuatro de la mesa para hablar de la “Ley cero–uno de Kolmogorov que establece que la probabilidad de ciertos eventos –“evento de cola”–, es cero o uno”.

¿Cuándo, en aras de comunicar eficazmente, pondrán al frente de sus conferencias a quienes, aún cuando ignoren todo de “los eventos de cola”, hablen español con claridad y corrección?