La corte hace su chamba; en un caso por demás excepcional, la Suprema Corte de Justicia de la Nación deshizo el entuerto que se había armado por la PGR y un juzgado de distrito en el caso de las indígenas Alberta Alcántara y Teresa González que, de manera indebida, estuvieron presas por tres años, siete meses y 28 días que dizque porque secuestraron a 6 AFIs.
La Corte dijo que se olía la injusticia desde lejos en este caso y el ministro Arturo Zaldívar dijo que este asunto es una vergüenza para el sistema judicial mexicano. Viniendo de alguien como Zaldívar, abogado de primera con templanza de tigre, su dicho es una luz de esperanza para nuestro maltrecho sistema de justicia.
Hoy son los "Santanistas" los que ocupan las noticias, pues causa honda preocupación que en diversos blogs, foros y Twitter existan mexicanos que se congratulan por la aprobación de la ley antiinmigrante de Arizona. Y lo peor es que su motivo de alegría es que se evidencia el fracaso del Gobierno mexicano. La violación de derechos humanos de los connacionales en Arizona les tiene sin cuidado.
Estos buitres “patriotas” le apuestan al fracaso de México como país, porque consideran que así le dan en la torre al Gobierno. Estos modernos Santa Annas no han comprendido que país y Gobierno no son lo mismo. Este nivel de patriotismo digno de Nery Castillo y Gómez Urrutia, no se veía desde que Santa Anna entregó medio México a los gringos.
El senador en ratonera, el presidente de la comisión de justicia del senado, Alejandro González Alcocer le molesta que lo cuestionen y critiquen sobre la negativa para la creación de un fondo antisecuestros y salió con la brillante conclusión de que quienes lo hacen, es porque están al servicio del Partido Verde. Vaya, aquí hemos criticado su indefinición, pero de ahí a estar al servicio de los verdes hay una gran diferencia.
Lo que pasa, es que no ha atinado a explicar el porqué de su negativa y al sentirse como ratón en ratonera hace ofensas de las peores, ¿al servicio del verde? Pero si al servicio del verde no están ni siquiera sus propios militantes ni legisladores. Sólo Mayte Perroni y Raúl Araiza, pero eso sí, siempre y cuando les paguen un billetito.
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